Por medio de un software y seis proyectores se obtiene una presentación de 270 grados de cuatro pistas aéreas del país. Foto: Galo Paguay / El Comercio
El sonido de las turbinas de los aviones y sus movimientos son similares a los que se escuchan en una pista aérea. Por un lado se visualiza el aterrizaje de los aviones, mientras que por otro, su despegue.
Frente a la pantalla 3D, que simula una torre de control, es como si el usuario se encontrara en un aeropuerto del país. Si los instructores quieren simular la cabina de un avión, la sensación de vuelo es casi real, pues la pantalla gira de acuerdo con las maniobras programadas.
Se trata de un simulador virtual de control aéreo ubicado en la Escuela Técnica de Aviación Civil (ETAC), que fue adquirido por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC).
El centro tiene salas para que los seudopilotos e instructores recreen situaciones reales que se presentan en las terminales aéreas. Por ejemplo, las posiciones de control por vigilancia, fenómenos climáticos, situaciones de emergencias aéreas o simulación en pistas de aterrizaje.
Jaime González, controlador de tránsito aéreo y experto OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) en operaciones ATC (Air Traffic Control), señala que este centro tiene tres simuladores a la vez: uno de vigilancia con radar, un aeródromo y un simulador sin radar. Cada uno cumple una función diferente pero pueden integrarse para simular todas las etapas de vuelo, desde el aterrizaje, despegue, ascenso, descenso hasta el vuelo en ruta, ya sea con o sin radar.
La sala de simulación 3D de la torre de control tiene seis proyectores que están colocados en la parte superior. Cada uno con una visión de 45 grados. Para lograr los 360 grados se debe mirar el resto de pantallas donde se mueven las aeronaves provenientes de todos los puntos geográficos alrededor del aeropuerto.
Alan Ponce, técnico en Control de Tránsito Aéreo e instructor del simulador, cambia las condiciones climáticas para emular una verdadera operación, con lluvia o con sol.
El técnico indica que estos parámetros ayudan a que los alumnos estén preparados frente a cada problema que puede surgir en los aterrizajes. De eso depende la seguridad de los aviones.En la actualidad, el software está configurado con las pistas aéreas de Quito, Guayaquil, Manta y Shell-Mera.
Francisco Páez, director de la Escuela Técnica de Aviación Civil de Quito, indica que este centro capacita a profesionales de países de Centroamérica y el Caribe en el área de seguridad para la aviación. “Entre los países de la región solo existen dos centros de capacitación: uno en Argentina y uno en Ecuador”, comenta Páez.
En esta sala 3D se manejan tres posiciones de control: la primera se centra en la vigilancia de aeronaves que están en vuelo alrededor del aeropuerto y de las que utilizan la pista para aterrizar o despegar. La segunda maneja el control terrestre. Finalmente, en la tercera posición se gestionan las autorizaciones ATC a las aeronaves.
Otra de las salas que operan como simulador es la de seudopilotos. En este espacio, los alumnos se alistan para ser controladores de radar.
Por medio de unos dibujos de color verde que les proporciona un software, ellos mueven los aviones de acuerdo con la ruta previamente establecida.
Una persona guía los comandos de las instrucciones que le da el controlador, ubicado en otra sala. Mientras que otra guía las comunicaciones. Estas actividades son iguales a las que se realizan dentro de una nave ya que tienen las mismas herramientas digitales.
Diego es uno de los alumnos y explica que su trabajo en el simulador es establecer las rutas adecuadas para que las aeronaves puedan llegar a su punto final y no se crucen ni sufran algún accidente.
En el centro existe un espacio que permite realizar trabajos de control de forma manual. Se trata del simulador por procedimiento, que ubica y ordena las etapas del vuelo.
Además, tiene las capacidades para desempeñar un control de aproximación. Estas son flexibles y configurables de acuerdo con las necesidades de capacitación. “Por medio de las comunicaciones, los alumnos controlan y arman una película radar digital en la mente para controlar el tránsito”, dice González. Desde 2013 se han hecho 49 cursos y más de 400 alumnos se han capacitado.