Los planetas pueden alinearse con las estrellas, el Sol y la Luna

Tierra

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En el 2004, la Tierra, Venus y el Sol se alinearon y generaron una pequeña mancha en la superficie del Sol.

A simple vista parece una estrella pero cuando se la mira detenidamente su luz no titila. Se trata de un planeta que por medio de un fenómeno astronómico denominado conjunción se ubica cerca de la Luna.


Ericson López, director del Observatorio Astronómico de Quito, indica que una conjunción astronómica es cuando dos o más cuerpos celestes están a la par. Pero esto es solo un fenómeno visual ya que en realidad los astros en comparación con la Luna o con el Sol están lejos uno del otro.
Según expertos, durante la madrugada los aficionados a la astronomía tuvieron la posibilidad de ver el acercamiento de Venus con este satélite natural.
Las conjunciones con la Luna son frecuentes y ocurren una vez al mes con diferentes planetas del Sistema Solar. En abril de este año se registró una conjunción de Venus.
“Es importante no confundir este fenómeno con un eclipse ya que ningún cuerpo celeste oculta al otro”, señala López.


Sin embargo, los planetas pueden alinearse con otros cuerpos celestes como el Sol. En este caso se produce un pequeño eclipse ya que los astros se colocan delante de esta estrella pero la distancia y el tamaño no permiten que pueda eclipsarlo en su totalidad. Por ello, solo se observa una pequeña mancha en su superficie durante un tiempo de entre 5 y 8 horas.


El astrónomo ecuatoriano señala que para observar este tipo de acontecimientos es necesario utilizar telescopios y filtros especiales para evitar problemas en la visión. Mientras que la conjunción de los planetas con el satélite natural se observa a simple vista 
En junio de 2012, Venus pasó entre la Tierra y el Sol. Según la agencia Fox News, la próxima transición será en el 2117. Por su parte, los astrólogos internacionales sostienen que este fenómeno solo ocurre en junio y diciembre, o durante los signos de Géminis y Sagitario.
Lo que se visualizó en esta ocasión fue un lunar negro, 32 veces más pequeño que el Sol. Se trató de la sombra de Venus que atravesó el disco solar y se contempló a simple vista. El Observatorio Astronómico de Quito permitió que los aficionados miren este fenómeno a través de los telescopios. 
Después de que el matemático alemán Johannes Kepler predijera el fenómeno, solo cinco alineaciones de Venus con el Sol han podido ser estudiadas por los astrónomos occidentales: en 1639, 1761, 1769 y 1874; la más reciente remonta a 1882. En el Siglo de las Luces, la llegada de Venus a la línea del Sol suscitó un gran entusiasmo en las grandes naciones y sus academias científicas, con el envío, varios años antes, de costosas expediciones marítimas al Océano Índico o al Pacífico. En esos años estaba en juego calcular con mucha precisión, por trigonometría, la distancia, entre la Tierra y el Sol. Ahora se sabe que esa distancia es de 149 597 870 km.
Sin embargo, el director del Observatorio Astronómico de Quito menciona que este tipo de alineaciones no arrojan datos nuevos sobre el universo. Pero cuando los planetas eclipsan las estrellas permiten obtener información sobre las características de su atmósfera y su posición en el espacio. En este caso, como el planeta es más grande que la estrella hay un tiempo en el que se genera una sombra. Para estudiar este fenómeno se ha creado una ciencia denominada el estudio de las ocultaciones estelares.

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