La verdadera libertad es una quimera, como seres humanos necesitamos reglas para poder sentirla. Reglas que pueden venir de la sociedad, la religión o incluso de nuestro propio mundo intelectual.
La moral, la comprensión y el respeto son necesarios para una libertad que perdure.
La libertad que vivimos radica en la habilidad de elegir.
Poder, sin restricciones o reproches, elegir religión u opinión política o incluso rechazarlas completamente; poder formar una propia opinión sobre todas las situaciones que nos presenta la vida.
Vivo mi libertad en el mundo intelectual. La ciencia permite formar mi criterio y me permite escoger. La Física, matemática, química y biología nos permiten tener un entendimiento profundo del mundo, desde la nanoescala hasta el universo. Nos permiten entender la vida y la muerte. Podemos llegar a entender, incluso, lo que nos diferencia del resto de animales, la razón y la noción de existir.
Como país, como sociedad y como personas; requerimos el conocimiento. Más investigación e innovación es necesaria.