No es físico ni astrónomo, pero como muchos otros siente una fascinación por el cosmos.Quizás por esta razón, Eduardo Arízaga, médico neurólogo, ha disfrutado con las imágenes transmitidas por el telescopio Hubble, que cumple 20 años de trayectoria espacial.
Gracias a Internet, este médico ha podido observar algunas de las imágenes que esta herramienta ha capturado.
“Seguramente lo más trascendente que ha hecho el Hubble es habernos mostrado una galaxia a 13 000 millones de años luz de distancia. Pocos millones de años después de la creación del universo en el Big Bang”.
El Big Bang es el gran estallido que dio lugar al Universo. Para los físicos constituye el momento en que de la nada emergió toda la materia.
Las imágenes del Hubble motivaron a Arízaga a conocer más acerca del espacio exterior. Compró un telescopio y lo instaló en la terraza de su casa en Puembo. “En las noches intentamos acercar el espacio ante nuestros ojos”.
El Hubble mostró la belleza de las nebulosas planetarias –capas de gas que inestables estrellas moribundas arrojan al espacio–.
Gracias a esta herramienta, los astrónomos hallaron varios de los planetas que orbitan otras estrellas y verificaron la existencia de los agujeros negros ocultos en los centros de las galaxias.
Cristian Vásconez, físico e investigador del Observatorio Astronómico, dice que su imagen favorita es la nebulosa Cabeza de caballo. “Es como una cuna de sistemas solares. Emite bastantes colores”.
Las imágenes del Hubble son observadas por este y otros investigadores del Observatorio, a través de varias páginas web especializadas en astronomía.
La NASA, en su sitio web, también las difunde al público.
La nebulosa Cabeza de Caballo, mencionada por Vásconez, en su momento, fue calificada como la más popular entre más de 5 000 usuarios de Internet.
Vásconez explica que la información que envía el Hubble a la Tierra es procesada. “Lo que capta el Hubble no llega directamente a nuestros ojos. Hay un proceso de filtrado y ensamblaje de las imágenes”.
Para mejorar el desempeño de esta herramienta espacial, los astronautas realizan mantenimientos frecuentes.
El más reciente se efectuó en el 2009. Con siete tripulantes a bordo, el transbordador espacial Atlantis se dirigió rumbo al Hubble para reemplazar algunos componentes. Uno de ellos es el sistema denominado campo de visión de ultraprofundidad.
A través de él, el telescopio pudo penetrar en un espacio de cielo, tras una observación que tomó más de 200 horas.
Solo así capturó el momento en que las primeras galaxias empezaron a brillar.
Antes de que funcionara este telescopio, los científicos no podían decidir si el universo tenía 10 000 millones o 20 000 millones de años de edad.
La científica Wendy Freedman señala en un artículo publicado en la revista Scientific American que la escala de tamaños del universo tenía un rango tan vasto, que no les permitía confrontar muchas de las preguntas más básicas sobre el origen y destino del cosmos.