Jaime Pérez lleva su experiencia al teatro infantil

Jaime Pérez como Pinocho, tras una sesión de 2 horas de maquillaje.

Jaime Pérez como Pinocho, tras una sesión de 2 horas de maquillaje.

Jaime Pérez como Pinocho, tras una sesión de 2 horas de maquillaje. Foto: Cortesía Daemon Producciones

Al final de los ensayos, Jaime Pérez termina creyéndose una marioneta de madera y sigue moviéndose como si sus articulaciones fueran de cuerda. El aparentar desde la corporalidad la carencia de coyunturas reales hace parte de la clave de sus protagónicos en montajes de obras infantiles, esta vez como Pinocho.

El año pasado, en la producción familiar de fin de año del Teatro Sánchez Aguilar (TSA), el actor y bailarín guayaquileño interpretó al Espantapájaros del Mago de Oz; se movía grácil, casi como si fuera de heno. En el Pinocho, que el Village Plaza y Daemon Producciones estrenará mañana en el TSA, regresa por esa senda, aunque el movimiento de la marioneta es un tanto más tosco y más exigente, dice.

“Un espantapájaros está hecho de heno y paja, mientras que Pinocho es de pino, madera pesada, con articulaciones agarradas con una piola”, dice el intérprete sobre los retos del personaje. “Hay un límite para moverse y el movimiento tiene que ir de la mano con la modulación de la voz y con cómo piensa el personaje”.

En las obras infantiles, Pérez nunca ha mostrado su verdadero rostro, pero es una cara conocida en funciones que mezclan también teatro y danza en el Microteatro Guayaquil, en Miraflores.

El joven guayaquileño ha montado allí piezas coreográficas de pequeño formato, en solitario y a dúo, obras de aliento acrobático que juegan con la complementariedad de los cuerpos y su relación con los espacios reducidos. Su más reciente pieza de microteatro, el drama ‘Bifurcación’, junto a Cristina Tomsich, transcurre en un paseo callejero dentro de un vehículo tipo furgoneta, con 10 espectadores a bordo.

En el microteatro, el director Jaime Tamariz descubrió al bailarín y le propuso trabajar en 2015 en el ‘Mago de Oz’ junto a artistas de larga trayectoria como la cantante Pamela Cortés, y los actores Marina Salvarezza y David Reinoso.

Tamariz se muestra sorprendido con el dominio corporal de Pérez, con lo expresivo que puede llegar a ser y destaca su profesionalismo. “Es un joven actor que viene más de la danza y ha conseguido encarnar a una marioneta, construida a partir del movimiento y de la energía”, expresó el director.

El intérprete de 24 años comenzó en el teatro con el grupo de teatro Arawa, con el que participó en montajes de obras como ‘Celeste’ (2013) y luego la danza le apasionó aún más cuando la bailarina Nathalie Elghoul observó su flexibilidad y lo invitó a bailar en el centro cultural La Fabrika.

La incursión en el teatro y la danza -en las piezas infantiles también canta- obedeció a una búsqueda de nuevos caminos, que intercalaba con sus estudios universitarios en ingeniería industrial. “Siempre asumí la escena con mucho respeto”, dijo. Y tras las oportunidades que se le abrieron en el arte dejó pendiente, hasta tercer año, su carrera de ingeniería.

Pérez ha bailado con La Fabrika, en Sarao y actualmente practica ballet y danza contemporánea en la escuela Esperanza Cruz, de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, y planea estudiar teatro en la Universidad de las Artes.

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