Si hay algo que seduce más al ojo en un festival de salsa que ver a bailarines profesionales ejecutar cadencias con ritmos acompasados y giros acrobáticos es mirar a un grupo de niños haciendo lo mismo. Ayer, 22 de agosto del 2015, durante la final del Quito Dance Festival que fue parte de la sexta edición del Ecuador Salsa Congress, los ‘Salserines Latin Show’ se robaron los aplausos y ovaciones de las personas que asistieron al Teatro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE).
Esta agrupación caleña, integrada por una veintena de niños de entre cinco y 12 años, demostró en el escenario que la salsa es un arte que esta ajeno a la edad. Gabriela Borreros Piedrahita baila salsa desde los seis años. Al igual que sus compañeras, Borreros apareció en el escenario impecable con un vestido de colores chillones, medias nylon y zapatos de taco. Minutos después de su presentación, Borreros contó que la salsa es su posibilidad de diversión, de salir de la rutina de su casa y de conocer nuevos lugares.
Junto a ella estaba Jackson Rodríguez, un niño caleño de 11 años al que lo seduce el reconocimiento del público. Para él, el baile es una forma de alejarse de ‘los malos caminos’. Rodríguez mencionó que no hubo nada complicado al momento de aprender este ritmo. “Cuando llegué a la academia bailaba feo pero a los pocos días empecé a bailar bien”.
Mientras los ‘Salserines Latin Show’ se presentaban en el escenario los camerinos del teatro de la CCE rebozaban de artistas. Después de tres días de eliminatorias en las que participaron 500 bailarines, allí se encontraban los finalistas de las categorías salsa parejas amateur, bachata parejas amateur, bachata pro-am, rueda de casino, bachata equipos amateur, solistas profesional, salsa on2, show dance infantil, salsa equipos amateur, salsa on1, tango escenario, same gender parejas, bachata profesional parejas, salsa cabaret parejas, show dance adultos, same gender equipos y equipos profesionales.
El brillo de las lentejuelas en los trajes y la escarcha en el rostro de las bailarinas iluminaban los espacios de sombras detrás del escenario. Mientras esperaban su turno había bailarines que repasaban sus pasos, otros que pulían detalles de su vestuario y otros que más relajados veían en una pequeña pantalla de televisión lo que sucedía en el escenario.
Para el coreógrafo y bailarín colombiano John Narváez, jurado del certamen el nivel de los bailarines ecuatorianos es muy bueno. Para este experto lo que hace falta es trabajar en la técnica y los movimientos del cuerpo. “No tienen que concentrarse tanto en trucos sino trabajar más en la técnica. La fortaleza de los bailarines ecuatorianos está en la energía y la presencia en el escenario”. Después de más de cinco horas de baile los ganadores de cada categoría recibieron sus trofeos y el reconocimiento del público.