Los jóvenes se disfrazaron de zombies y se concentraron en el parque La Alameda en el centro de Quito. Foto: EL COMERCIO
Un extraño virus se ha diseminado en Quito. La tarde de este sábado 1 de noviembre un grupo de personas con laceraciones, deformidades en sus cuerpos y un atípico comportamiento apareció en el extremo sur del parque La Alameda.
Esta es la quinta vez que la ciudad se suma a la iniciativa del ‘Zombie Walk’, una propuesta creativa que se replica en varias ciudades del mundo, en la que un día al año los fanáticos de la cultura zombie realizan un recorrido en centros urbanos caracterizando a estos personajes de ficción.
Danilo Salazar, uno de los organizadores explica que la propuesta creció considerablemente y que pasó de ser una actividad que reunió a cerca de 1 000 personas el primer año hasta llegar a los 7 000 participantes, el año pasado. Una iniciativa ciudadana que ha encontrado en las redes sociales su principal fuente de difusión y convocatoria.
El grupo de zombies crecía rápidamente como un virus que se expande sin control ante la curiosidad de muchos ciudadanos que se acercaban con cautela a los espantosos personajes para sacarse fotografías. Algunos paseaban por el parque haciendo gala de su caracterización y otros retocaban su maquillaje con la ayuda de amigos y familiares.
Además de la personificación, cada participante creaba una historia sobre su transformación. Carolina Donoso, por ejemplo, viajaba en moto cuando fue atacada por un muerto viviente. La tarde del sábado ya se había convertido en una terrorífica criatura sedienta de carne humana. Cristóbal González lideraba un grupo de voluntarios de la Cruz Roja que fue atacado y que se sumaba a las hordas de peligrosos seres.
Desde hace unos tres años, los organizadores aprovechan el evento para solidarizarse con causas sociales. Este año no fue la excepción y en la convocatoria se solicitó ropa y juguetes que serán donados al Hogar del Niño San Vicente de Paúl.
Daniela Mena y algunos de sus familiares se paseaban con hábitos religiosos y heridas supurantes en su rostro, en la historia de su personaje explicó que el error fue abrir las puertas de la iglesia ante la alarma ciudadana. Para ella, el encuentro se convierte en un momento de diversión con sus amigos y familiares pero también una oportunidad para colaborar con causas humanitarias.
Jessica Torres aprendió a darle forma a su personaje siguiendo tutoriales en la web. Con papel y goma había creado una gran laceración en su rostro mientras que con maquillaje le daba una apariencia cadavérica a su rostro.
En el mismo lugar, un grupo de ciudadanos se agrupaba para enfrentar la amenaza. Se hacen llamar ‘La Resistencia’ y su misión es proteger la ciudad del ataque zombie. Vestido con un traje especial, Luis Enríquez alistaba su rifle de asalto, de juguete, y pensaba en cuál sería la mejor estrategia para detener al adversario. Incentivado por su afición a los videojuegos, Enríquez interpretaba a Chris Redfield, uno de los personajes de ‘Resident Evil’.
Ayne Arias interpretaba a Rosita Espinosa, una de las sobrevivientes al apocalipsis zombie en la serie ‘The Walking Dead’. Asegura que más allá de cualquier prejuicio alrededor de la caminata zombie, con los años se ha convertido en un sano momento de distracción. Mientras ella era fiel a los principios de ‘La Resistencia’, sus hijas de 18 y 15 años se habían convertido en muertos vivientes.
Pasadas las 15:00 algunos zombies buscaban algo más que carne humana. A esa hora la pequeña hija de Natalia Santacruz reclamaba su almuerzo mientras algunos vendedores aprovechan la hora para ofrecer aperitivos y golosinas.
La marcha dio inició con una divertida persecución que avanzó hacia el parque El Ejido en medio de la curiosidad de los transeúntes. Al ver a espantosos seres, dos pequeños se refugiaron cerca de su padre, Fernando Ortega. Sin entender bien que pasaba, Ortega no estaba seguro de cómo defenderse frente a un ataque de muertos vivientes. De todos modos dijo que era una pintoresca caminata.
Finalmente, los sobrevivientes y los zombies llegaron a la Casa de la Cultura donde la tarde concluyó con un show musical.