Sonia España y Guido Nazareno representan las tradiciones y saberes de su pueblo. Foto: Marcel Bonilla / El Comercio
Su energía al cantar muestra el vigor de la nueva generación convertida en la guardiana de las expresiones orales del pueblo afro, en las que se cuenta, con música de marimba, la opresión y la alegría.
Sonia España y Guido Nazareno son dos herederos del canto tradicional y van por el mundo describiendo su pasado y ese júbilo que caracteriza al pueblo afro, rendido ante San Martín de Porres, la Virgen del Carmen y San Antonio; así como a los seres desprendidos de su mitología ancestral, como La Tunda y El Riviel.
Sonia endulza con su voz, al cantar la música tradicional en el andarele El Torbellino. Lleva cerca de 15 años con ese género. Antes se dedicó a boleros y rancheras, pero fue en la música tradicional de su pueblo donde encontró asiento. Su canto, a ratos subversivo, lleno de bravura y rebeldía contra quienes los esclavizaban, evoca episodios tristes y deseos de viviren libertad y de una sociedad más justa. “Vivo cada canción que interpreto porque doy a conocer un mensaje a quienes nos ven y escuchan en los escenarios y fuera de ellos”, señala España.
Los vestuarios para sus presentaciones son elaborados por ella. En su sastrería fabrica turbantes, gorros, kenyas, batonas, faldas para danzar y vestidos como los que usaban los africanos para sus fiestas.
Para Santiago Mosquera, director de Jolgorio Internacional, España logra encarnar el sentimiento del pueblo afro con sus interpretaciones a través de su voz. “Son historias bien contadas con un toquecito de ritmos marimberos”, señala.
Esmeraldas ha tenido grandes cantantes del género tradicional como José Nazareno y Petita Palma, quienes llevaron el folclor a otras partes del mundo con sello ecuatoriano.
Esa posta es la que ha tomado Guido Nazareno, quien lleva 30 años como gestor cultural. Desde hace 10 años canta con Sonia España en la agrupación África Negra. Ambas voces entrañan sentimientos y alegría.
Nazareno empezó como folclorista danzando cuando era estudiante de secundaria, pero estar cerca de José Nazareno (Don Naza, unos de los mejores intérpretes afros), hizo que se interesara por el canto.
En una de las presentaciones a la que no pudo acudir la mejor voz del pacífico (Don Naza) por problemas de salud, Guido mostró que podía hacerlo. De ahí en adelante se ha tomado los escenarios para poner de manifiesto su forma de transmitir la cultura ancestral.
En su trayectoria ha compuesto dos canciones en las que recoge la alegría de la libertad de los esclavos y cómo durante años, en sus barracas, conservaban sus tradiciones.
Larry Preciado, coordinador del grupo de gestores culturales de Esmeraldas y ganador como Mejor intérprete de marimba del Pacífico sur, cree que el aporte de España y Nazareno ha venido a robustecer el trabajo de salvamento del patrimonio inmaterial del pueblo afro.