La casa de esta diseñadora es una especie de taller galería donde muestra sus confecciones, en Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
La habitación de la diseñadora de vestimenta tradicional afro, Sonia España, está llena de vestidos de todo tipo que llevan su firma.
Como si fuera una galería, guarda atuendos típicos que pueden usar las mujeres a diario y otras prendas más elaboradas para eventos especiales o fiestas. En la sala de su casa también se muestra la variedad de los diseños inspirados en la cultura del pueblo afro.
En ese espacio de su casa exhibe distintos modelos de gorros, turbantes (que usan más las mujeres), blusas y las togas (camisones largos), que se usan mucho actualmente en los encuentros culturales de la provincia de Esmeraldas. Los vestidos que confecciona España resaltan la identidad de los bailarines de música tradicional afroesmeraldeña, músicos y de quienes deseen lucirlos en otras celebraciones como la que se hace en honor a San Martín de Porres, San Antonio o la Virgen del Carmen.
El uso de las togas o camisones cortos que diseña España, y con detalles en el cuello o en las mangas, se ha vuelto cada vez más frecuente entre los afroesmeraldeños. Un traje completo como los que confecciona Sonia España, incluido el turbante o una kenyas (sombrero), tiene un costo de USD 80.
La venta de cada atuendo permite a la diseñadora continuar fortaleciendo un taller en el que además enseña a otras mujeres cómo diseñar trajes afros. Su amor por el diseño de trajes africanos empezó cuando formaba parte del grupo de danza Cuero, Son y Pambil.
En cada presentación, España ponía atención a los colores de las telas y a los diseños de los vestidos que usaban en sus bailes. Después de danzar durante casi dos años y cantar arrullos con varias agrupaciones de la ciudad, puso en práctica lo que también era su pasión. Así incursionó en la confección de sus propios trajes que inicialmente eran para sus presentaciones como solista. Han transcurrido 18 años desde que España, la vocalista principal de la agrupación cultural África Negra, empezó el trabajo como modista. Hasta este momento ya ha diseñado un poco más de 250 vestidos distintos, con expresiones que muestran, de formas distintas, la herencia africana en la ‘Provincia Verde’.
Por su talento en la confección de estos vestidos ha sido seleccionada por 16 organizaciones culturales de Esmeraldas para que elabore la vestimenta de sus integrantes. Actualmente también se dedica a la elaboración de trajes para alquilarlos y venderlos. “Sus diseños son un aporte a la cultura del pueblo afro”, opina el antropólogo esmeraldeño, Xavier Valencia.
Los elementos que más caracterizan a la vestimenta que hoy visten muchos afroecuatorianos son los encajes y flores de varios colores, sobretodo en la ropa de mujeres. “Nuestra toga y el turbante nos dan una verdadera identidad, por eso promovemos su uso en fiestas especiales o encuentros”, indica Mary Mosquera, activista de las mujeres afros y diversas.
Para los antropólogos María Perea y Adison Güisamano, resulta interesante que el pueblo afrodescendiente muestre parte de su rica historia, cultura y el arte ya no únicamente con danzas y ritmos musicales, sino también con su forma de vestir. Estilos propios que, al menos en provincias como Esmeraldas, se han convertido en una tendencia de moda.
Una muestra de este gusto por recuperar las raíces africanas fue el desfile de modas que se organizó hace algunas semanas con diseños afros. En esa pasarela se mostraron diferentes diseños del creador esmeraldeño Abel Lara. Inspirada en la acogida que tuvo ese evento, España ha decidido impulsar una propuesta similar, pero con algunos de sus diseños.
La idea es mostrar su trabajo en la pasarela, con trajes llenos de detalles africanos para ocasiones especiales y una colección de vestidos para el Carnaval Cultural de Esmeraldas. Una de las características de las prendas de diseñadora la afroesmeraldeña es el uso de telas cómodas y livianas en la confección de vestidos y blusas.
Por esa razón, muchos de sus diseños han sido solicitados y utilizados por mujeres que no precisamente pertenecen a la etnia, para asistir a eventos que organizan los gestores cultores. “Tratamos de utilizar colores sobrios y muy vivos en vestidos y turbantes, como una clara expresión de mi estilo para diseñar los trajes”, señala España.