Los sombreros para los pueblos indígenas se diseñan en Ilumán
Luis Orbe heredó de su suegro la técnica de confección de sombreros. Está al frente de la sombrerería Orbe, en Ilumán. Foto: Francisco Flores/PARA EL COMERCIO
Ilumán no solo es famosa por los yachaks, curanderos tradicionales. Esta parroquia de Otavalo, en Imbabura, también es conocida por la habilidad de sus artesanos para elaborar sombreros.
En los tres talleres que subsisten, de la docena que había antes, se producen básicamente sombreros étnicos. Se trata de prendas blancas de ala ancha, como las que usan los kichwas Natabuela, en Imbabura. También hay sombreros de Salasaka y Pilahuín, en Tungurahua; y hasta de los Saraguros, de Loja.
Pero los más solicitados son todavía los sombreros de colores variados que usan los indígenas de Otavalo.
En la Sombrerería Orbe, que funciona en un local de la carrera Inti Ñan (Calle del Sol, en español), a este modelo le bautizaron como otavaleño.Se trata de una prenda , generalmente elaborada con lana de oveja prensada, que tiene una copa alta y un ala corta, explica, José Luis Artos.
Este artesano lleva 22 de sus 34 años en el oficio. Recuerda que cuando aún era niño, sus tíos le enseñaron los secretos para hormar la elegante prenda. Por eso sabe que al sombrero otavaleño se le debe moldear con dos pequeños cóncavos en la parte frontal de la copa.
Ahora, Artos trabaja junto a su suegro, Luis Orbe, quien está al frente de la sombrerería. Este último, en cambio, aprendió las técnicas de su suegro, Heriberto Encalada. Orbe resalta que el proceso de confección aún es manual.Incluso, las prendas más finas se hacen con pelo de conejo.
Sobre una mesa de su taller, Orbe da los acabados a 15 sombreros. Sus manos trigueñas sobresalen en las prendas pálidas, de ala grande y arremangadas.
En la copa amarra una borla de orlón, de color morado, que distingue a los kichwas del pueblo Natabuela.
Para Apak Perugachi, integrante del Centro de Pensamiento Tinkunakuy, los diferentes sombreros permiten identificar a qué pueblo nativo pertenece cada persona. Cada prenda tiene un código.
También explica que desde la cosmovisión de los taitas (padres), el sombrero significa sabiduría. Por eso, los niños no lo usan cotidianamente, sino solo en ceremonias especiales.
“Cuando un indígena se apropia de su cultura, de su identidad y es capaz de transmitirla, puede portar el sombrero”, explica Perugachi. En su caso, confiesa, lo utiliza desde los 18 años. Ahora tiene 25.
En su casa, ubicada en la comuna de La Compañía, en Otavalo, guarda cuatro sombreros. Uno de color negro es para uso diario.Mientras que los otros que tienen diferentes tonos más claros, están reservados para fiestas familiares y comunitarias.
Rumiñahui Andrango, director de Educación de Cotacachi, explica que en este cantón, por ejemplo, se trabaja con los niños en la recuperación de la ropa tradicional.
En algunas parcialidades kichwas, como las del Pueblo Kayambi, el sombrero lo lucen tanto hombres como mujeres.
Estos indígenas -que habitan en el norte de Pichincha y sur de Imbabura- prefieren el modelo chemise, señala Zoila Haro, de la Sombrerería Shaman.
La dama, que hace tres décadas está al frente del negocio familiar, asegura que en el caso de los mestizos el preferido es el diseño americano.
Al principio, en este taller se confeccionaba sombreros solo para las diferentes etnias. Sin embargo, Haro explica que para captar el interés de los turistas incursionaron en la elaboración de prendas con nuevos modelos, como el gambler, australiano y otros de diferentes colores.
Cada semana, a la sombrerería Shaman llegan grupos de visitantes que quieren conocer de cerca el proceso de fabricación de estas prendas.
Los artesanos Luis Orbe y Zoila Haro coinciden en afirmar que sus sombreros, algunos con detalles étnicos, ya han rebasado fronteras.