Sofar Sounds, otra cara de la música

Este movimiento global cura conciertos íntimos y gratuitos. El público solo asiste por invitación. Foto: Gabriel Proaño/ EL COMERCIO

Este movimiento global cura conciertos íntimos y gratuitos. El público solo asiste por invitación. Foto: Gabriel Proaño/ EL COMERCIO

Este movimiento global cura conciertos íntimos y gratuitos. El público solo asiste por invitación. Foto: Gabriel Proaño/ EL COMERCIO

Es viernes, 21:00. En el número 706-A de la calle Mirtos, en Urdesa, funciona el Casal Català Guayaquil. Pero la puerta tiene esta vez un letrero de Sofar Sounds. Los invitados llegan, tocan la puerta de la casa. Dos mujeres comprueban que los nombres están en la lista, antes de dejarlos pasar. El público, que se suscribió a través de Internet, ni siquiera sabe qué artistas se van a presentar…

A esa hora la sala de la casa está llena. Unos 70 jóvenes están sentados en el suelo, en las sillas y los sofás o aguardan de pie el inicio del concierto gratuito. Antes de la sesión musical, Adrián Santoro, el director de Sofar Sounds Guayaquil, pone las reglas sobre el tapete. Silencio durante las intervenciones. Orden y cuidado en la casa. “Y hay que dejar muy claro que esto no es una fiesta, tocan tres bandas y se acabó”.

El resto es música alternativa de buena calidad en un espacio único, con bandas nuevas intercaladas con músicos de más trayectoria en la escena local. En la primera cita (Samborondón), Carlomon toca el primer concierto de su vida antes de Ricardo Pita, un trovador contemporáneo que fusiona el folclor de todo el mundo.

En la segunda fecha en Guayaquil (31 de julio) se estrena el nuevo trío de Mauricio Ayora, aún sin nombre, con un ‘indie pop’ que pone un énfasis especial en cada corto fraseo.
Mientras que el solista Juanze, el exvolcaista de La Humilde Orquesta, emula con sus labios el sonido de una trompeta en modo jazz (Respirar bajo el agua), canta un moderno chachachá (El Fluvio Reyes) y otro tema de raigambre tropical, también de su autoría: Ella no sabe que le gusta la salsa.

Estrenado en marzo en Quito, el Sofar Sounds abrió en Guayaquil el pasado junio con un concierto mensual en el que intervienen tres bandas (o solistas) que tocan entre cuatro y cinco canciones.

Con presencia en 150 ciudades, Sofar Sounds (Songs From a Room, o Sonidos desde una habitación) es según Santoro, “la comunidad de conciertos más grande del mundo”. El movimiento se encarga de curar recitales íntimos, en salas de estar o espacios que casi nunca vuelven a repetirse, y con artistas que son una incógnita para el público.

“La idea es abrir un espacio para la gente que disfruta de la buena música e impulsar la escena local ofreciendo una plataforma internacional para los artistas, que ven sus videos subidos al portal global de Sofar, con más de 82 000 suscriptores en YouTube”, cuenta el músico e ingeniero en sonido a cargo de la particular “franquicia” en el Puerto Principal.

El equipo de producción, tres videógrafos, un sonidista, un fotógrafo y las jóvenes de la entrada, colaboran sin pago. Los artistas tampoco cobran. Los dueños de la casa venden bebidas y platillos. Y un gorro rueda entre el público recogiendo la colaboración para los gastos de organización.

“El movimiento busca devolverle la magia a la música, y que el público pueda descubrir a artistas nuevos”, dice Santoro, guayaquileño que estudió producción musical en Madrid (España), donde se hizo colaborador de Sofar y desde donde trajo la idea.

El movimiento internacional nació en el 2009 en Londres (Inglaterra), con un grupo de amigos desencantados de los shows de bar, que también querían regresarles el respeto a los intérpretes.

La línea de géneros es bastante amplia, aunque pondera lo alternativo, lo contemporáneo. “Desde el momento en que nos reunimos, y que gente vino sin saber a quién va a ver, creo que ya está pasando algo”, cree ‘Juanze’ (Juan Sebastián Zevallos), que está lanzando un proyecto como solista. “Me parece una iniciativa pertinente para nuestra escena musical local, que es una escena que carece de espacios”.

Los espectadores que deseen asistir a las próximas entregas deben suscribirse a la página global de Sofar Sounds, apuntarse en la siguiente fecha y esperar a ser invitados.

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