Ayer, el geoquímico Michael Powell habló sobre la importancia de usar modelos lógicos. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Los proyectos deben tener un enfoque basado en resultados. Los equipos de trabajo, en cambio, ser multidisciplinarios.
Los estudios científicos y de desarrollo tecnológico deben ser aplicables en la sociedad. Además responder a los principios del Plan del Buen Vivir que el Gobierno ecuatoriano impulsa en el país. Según la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), estos requisitos serán evaluados dentro del nuevo programa de financiamiento que promueve.
Se dará hasta USD 2 millones para cada investigación que cumpla los parámetros y puede subir según su impacto.
Roberto Lozano, responsable del departamento de Investigación del Instituto Espacial Ecuatoriano, cree que esto permitirá corregir errores que se han cometido con estudios pasados hechos en el país. “Es una oportunidad para acercar las investigaciones a la realidad, a nuestra cultura y definir una metodología común”.
Él participó ayer en el taller que impulsó la Senescyt en Quito para dar a conocer los primeros parámetros de calificación de los proyectos. El geoquímico Michael Powell -uno de los científicos del Programa Prometeo– estuvo a cargo de la exposición.
Aseguró que el dominio del denominado modelo basado en resultados es fundamental para recibir recursos. Implica enfocarse en el impacto que tendrá la investigación.
El Instituto Espacial Ecuatoriano tiene previsto presentar cuatro programas. Uno de estos sobre sensores para satélites, radares, aviones, pero que también podría usarse en el campo de la medicina, la industria, la mecánica, entre otros.
En el país ya hay investigaciones que priorizan la aplicabilidad y no solo el debate teórico. Un ejemplo es el Programa Nacional para el Abordaje Multidisciplinario de las Parasitosis.
Ana Lucía Ruano, médica infectóloga, lo lidera con el respaldo de la Universidad Central y del Instituto Nacional de Salud Pública.
A través de este se busca identificar los tipos de parásitos que afectan a la población, por edad, sexo, ubicación geográfica y otros factores.
Del éxito de sus resultados dependerá la efectividad del combate a los parásitos. Ruano asegura que el 60% de los ecuatorianos los tienen.
Esta propuesta comenzó hace un año y tiene el financiamiento de Senescyt. Recibió USD 2,9 millones y se aplica a escala nacional. Ahora se requiere de más recursos para ampliarla. Se espera analizar la inmunología en diferentes condiciones y ambientes.
Powell asegura que el éxito o fracaso de un proyecto depende también de cómo se conforman los equipos. Lo ideal es que sea multidisciplinario. Es decir, que en las investigaciones de bioquímica no solo se incluya a expertos del área sino también a sociólogos, especialistas en género o abogados.
Esto también es un requisito que será calificado por la Senescyt, en el programa.
Según Ruano, esa es una de las fortalezas de su proyecto sobre parásitos. “Tenemos varios equipos involucrados. No solo quienes están en laboratorio, sino también los que salen a contactarse con la comunidad”.
Hay 42 personas entre especialistas, subespecialistas, investigadores, biotecnólogos y hasta veterinarios que se encargan de hacer pruebas específicas en animales.
Jaime Medina, subsecretario de la Senescyt, dijo que no hay un tiempo determinado para la convocatoria a las personas que deseen aplicar por los recursos.
Pero recomendó hacerlo hasta antes de julio, porque entonces se hará una primera evaluación. Quienes la pasen recibirán los fondos este año.
En Contexto
El 12 de mayo pasado el Senescyt lanzó un nuevo programa para financiar investigaciones que por su alcance no pueden ser cubiertas por las universidades o científicos.
La bases y requisitos para aplicar pueden verse en el enlace: https://bit.ly/1ikcol6