El río Jondachi, en Tena, es uno de los preferidos para esta práctica. Fotos: Vicente Costales / EL COMERCIO
Antes de realizar algún deporte extremo que implique el ingreso a ríos o cascadas, es importante estar alerta ante posibles lluvias inesperadas, que, dependiendo de su intensidad, pueden aumentar el caudal de los afluentes o las caídas de agua.
Para prevenir cualquier incidente es fundamental seguir las recomendaciones de expertos o guías que acompañan a deportistas y viajeros.
La mayoría de las operadoras turísticas de zonas como Baños de Agua Santa, el noroccidente de Quito o en la Amazonía cuentan con guías especializados en descensos de ríos y tienen reglas de seguridad.
Por ejemplo, en Tsuirim Viajes de Macas (en Morona Santiago), los clientes empiezan la aventura con una charla técnica obligatoria. Las sugerencias deben tomarse en cuenta aun si se trata de un grupo que ya conoce estos deportes.
Allí se habla del uso correcto de los implementos de seguridad (chaleco, casco y remo) y el manejo del remo.
Luego hacen prácticas en tierra de la ubicación de las personas en el bote o la embarcación que van a utilizar y en caso de la caída de una persona al agua, por el brusco movimiento, cómo rescatarla y atender esa emergencia sin que complique al resto.
En Macas, generalmente, las operadoras que ofertan el kayak y rafting conocen los ríos y sus rutas para vivir con seguridad estas aventuras. El afluente más utilizado es el Upano.
Leonardo Salgado, gerente de Tsuirim Viajes, dice que en caso del aumento del nivel del río por lluvias no se recomienda ninguno de estos deportes.
Esto porque los ríos de la Amazonía crecen con el arrastre de palizadas que complica y pone en alto riesgo la navegación.
Tampoco recomienda tramos de los afluentes con encañonados porque hay rápidos con más de un metro de altura y en caso de emergencias es difícil rescatar a las personas.
Eso ocurrió con los cinco deportistas que sufrieron un accidente de kayak el sábado anterior (20 de enero del 2018) en el río Abanico, en donde fallecieron dos personas y una sigue desaparecida.
Ellos caminaron un día por el bosque (no hay vías de acceso) para llegar a la parte más alta y de allí se lanzaron. Había llovido tres días y el caudal de los ríos era alto y traía palizada.
El gerente del proyecto Aventura y organizador de la competencia Huairasinchi, Santiago López, indica que es primordial que antes de cada travesía se conozcan las rutas. Si el tiempo es corto, dice, quienes mejor conocen el sitio son los pobladores de la zona.
“Cuando se trata de agua hay que tener una precaución adicional, informarse bien y conocer los riesgos”.
Salgado dice que son vitales las recomendaciones pero el objetivo es que los turistas disfruten del río y que tampoco se llenen de miedos. “A medida que adquieren seguridad y experiencia pueden adentrarse en las aguas”.