Las carreras de trail y ultra trail running están en auge en el país. Una guía para iniciarse en esta disciplina sin lesionarse. Foto: Archivo EL COMERCIO
Del asfalto a la montaña. Esa es la transición a la que decenas de deportistas se han sometido para poner a prueba su velocidad, fuerza, resistencia y potencia. Pero, sobre todo, para disfrutar de la libertad y adrenalina que se siente al transitar por senderos llenos de vegetación, por charcos de lodo, pequeños riachuelos…
Ese disfrute, precisamente, es el pretexto que utilizan distintas organizaciones para instaurar nuevos retos año tras año. El próximo fin de semana, por ejemplo, se correrán los 15, 25 y 50 kilómetros de la Sierraloma, en el Valle de Machachi, en el sur de Pichincha.
En ese encuentro se espera la presencia de deportistas élite y aficionados (pero con experiencia). Según Pancho Pinto, segundo lugar en La Misión (Argentina – 160 kilómetros), en el 2015, las pruebas a campo traviesa son exigentes. Requieren de fuerza, potencia y velocidad. En las carreras de asfalto, por lo general, prima la velocidad, ya que los terrenos son, en su mayoría, planos.
Las carreras de montaña se distinguen por estar diseñadas sobre un suelo irregular, ascensos y descensos marcados. Y para evitar lesiones en las rodillas y tobillos es necesario una buena preparación. Para participar en una carrera de 10 kilómetros, Pinto sugiere una preparación de tres meses, con entrenamientos diarios y disciplinados.
Durante el primer mes recomienda trabajar la zona aeróbica; es decir, quemar grasas y ganar velocidad en terrenos semiplanos. Una opción son los senderos que rodean al parque Metropolitano.
El segundo paso consiste en analizar el recorrido y la altimetría del terreno. Dependiendo de eso, elegirá lugares para perfeccionar su técnica en ascensos o descensos . Esa preparación le garantizará el disfrute total de la carrera.
Según el entrenador, una hora al día, de lunes a viernes, y entre una hora y media y dos, los fines de semana, es suficiente para llegar a una carrera de 10 kilómetros. En las tardes puede fortalecer los músculos con trabajos funcionales.
Una vez superada esa prueba puede pensar en una carrera más larga: 15, 20 o 25 kilómetros. Para llegar a la de 25, la más fuerte y exigente en la escala del trail running, se requiere de un año de preparación y de haber sumado, por lo menos, cuatro carreras de 10 kilómetros. “A partir de los 25 kilómetros la historia cambia. El trail es progresivo”, dice Pinto.
Aventurarse por una carrera de largo aliento sin pasar por los 10, 15 o 20 kilómetros es una imprudencia, ya que podría lesionarse y abandonar la actividad por mucho tiempo.
¿Y para correr una carrera de 50 kilómetros? Para estrenarse en una prueba de ultra trail es necesario sumar cuatro carreras de 25 o 30 km al año. Las pedestres de más de 25 kilómetros requieren de entrenamientos a doble jornada, de una guía especializada y de una buena alimentación.
¿Cómo vestir? En el mundo del trail lo más importante son los zapatos. A diferencia de los que se utilizan para correr sobre el asfalto, los de montaña tienen un labrado especial que impide que el pie se resbale.