17 mujeres conforman Sara Sisa, una marca kitukara de vestimenta

17 mujeres son parte de la Asociación Sara Sisa, que ahora está lanzando una marca de artesanías textiles. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO

17 mujeres son parte de la Asociación Sara Sisa, que ahora está lanzando una marca de artesanías textiles. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO

17 mujeres son parte de la Asociación Sara Sisa, que ahora está lanzando una marca de artesanías textiles. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO

La vestimenta kitukara se caracteriza por su colorido. A través de las joyas, bordados y el chumbi o la faja, las mujeres reflejan su alegría. Así lo asegura Verónica Montesdeoca, secretaria de la Asociación Sara Sisa, conformada por 17 mujeres en Llano Grande.

La ropa tradicional se estaba perdiendo, así que la exreina de la parroquia, Karina Muso, promovió la recuperación de la identidad. Se crearon talleres de confección y bordado, con el objetivo de que las participantes elaboren sus ajuares.

Este proceso tuvo tres fases, según cuenta María Elena Tasiguano, capacitadora y miembro de la comisión de producción. En la primera parte, las estudiantes aprendieron a confeccionar y a bordar la camisa. Esta es la prenda más compleja del vestuario de la mujer kitukara, pues es un camisón que alcanza los tobillos, con vistosos bordados en la parte superior y con mangas tejidas a croché.

Durante la segunda fase se hizo el complemento del vestuario. Sobre la camisa, las kitukara usan el debajero, una especie de enagua pero sin el carácter de prenda interior y con el filo bordado. Encima se colocan el anaco de paño, también con el filo inferior bordado, y lo sujetan con una faja. Se abrigan o protegen del sol con la lista, similar a un chal, pero de algodón.

Sus antepasados usaban joyas de coral y monedas de plata. Ahora, algunas mujeres han heredado estos artículos, pero por seguridad prefieren usar aretes, collares y manillas de mullos rojos.

La última parte de los talleres fue la proyección de las puntadas kitukara en diferentes artículos: ropa casual, servilletas, manteles de mesa, bolsos, monederos, etc. Tasiguano cuenta que el bordado de esta etnia se distingue por las puntadas, es por eso que se ha pedido que siempre se respete el estilo. Las abuelas usaban puntadas ojal, pata de gallo, cruzada, entre otras.

De este proceso nació el 5 de octubre la marca Sara Sisa. Montesdeoca explica que buscaban un nombre con el que se sientan identificadas y este, que significa flor de maíz, les gustó pues este grano es muy sembrado en Llano Grande.

Sara Sisa se está preparando para participar en su primera feria, la Minga de Colores. Esta feria alternativa reunirá a emprendimientos locales en la Comuna de Llano Grande, el 17 de diciembre, desde las 09:00.

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