El enquinchado es una antigua técnica de la construcción que, entre otros elementos, utiliza el estiércol de ganado combinado con la arcilla, paja y agua para elaborar paredes muy resistentes en viviendas de caña guadúa.
Esta fusión da como resultado una masa compacta llamada ‘cemento’ orgánico, que los antepasados de Sudamérica la utilizaban para que sus casas resistan el paso de los años. Con este método, el experto en bambú Jorge Morán enseñó a 100 personas cómo construir una casa de esas características como una opción sismorresistente y amigable con el ambiente.
Él dirigió el II Curso – Taller Nacional de Construcción de Viviendas en Caña Guadúa en el barrio La Dolorosa, de la parroquia Monterrey, en Santo Domingo de los Tsáchilas.
El sitio fue escogido por la Prefectura de Santo Domingo y la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (organizadores) para entregar la casa modelo, hecha por los participantes, a una familia afectada por el terremoto del 16 de abril.
La estructura de 60 m² se entregó el 7 de junio a Mónica Carriel, quien debió abandonar su antigua casa por los severos daños que el movimiento telúrico le provocó.
Morán explicó a los participantes, entre ellos militares de Haití, que conocer el material y sus características debe ser lo primero para luego empezar la construcción. También habló sobre técnicas de limpieza y preservación de la caña, así como la construcción de paneles (latillas), paredes y ventanas.
Raquel Estrada se animó a realizar la mezcla delestiércol con la arcilla, paja y agua, porque su propósito es construir una casa a un vecino que vive en precarias condiciones. Ahora ella sabe las técnicas básicas y espera juntar recursos para hacer realidad el sueño de su vecino, quien prácticamente vive a la intemperie en un sector periférico de Santo Domingo.
Según el prefecto, Geovanny Benítez, el objetivo del taller fue crear conciencia para mitigar el impacto del cambio climático del planeta. “No solamente es la solidaridad y el cariño sino abrir su mente al conocimiento. Estamos creando una cultura acerca de este acero vegetal”.
Juan Enríquez, otro de los participantes, recordó que en el país se tiene mucha caña y madera, pero hace falta capacitación adecuada para sacar provecho a esos elementos, amigables con la naturaleza.