Normalmente se ha dicho que nuestros platos de comida deben tener varios colores porque ello representa los distintos nutrientes que necesita el organismo.
Sin embargo, investigadores estadounidenses de la Universidad de Purdue, en Virginia, aseguran que no deben subestimarse las verduras de color blanco como la papa y la coliflor.
El estudio, publicado en la revista Advances in Nutrition aseguran que la población ha olvidado los vegetales blancos y que esto podría hacer que la gente se pierda o distancie de nutrientes necesarios que están presentes en las verduras blancas.
“Se habla de que la variedad de frutas y verduras que comemos deben tener mucho verde, anaranjado y rojo, pero esto también debe ser válido para el blanco, pues estos alimentos son ricos en fibra, potasio y magnesio”, comentó en un comunicado de prensa Connie Weaver, coordinadora del estudio.
Beneficios. El documento señala que los vegetales blancos tienen nutrientes que ayudan a personas de todos los grupos de edad a mejorar su salud y tener energías.
“El color no necesariamente ‘predice’ el valor nutricional de una fruta y una verdura. Así, los vegetales de color blanco dan muchos nutrientes que son esenciales para la dieta”, cita el reporte científico.
La investigación destaca que las verduras blancas, especialmente la papa, son fuente de potasio, mineral que ayuda a la salud del corazón y de los riñones y al fortalecimiento de los huesos.
El potasio es un mineral que se necesita para que el cuerpo funcione apropiadamente y es un tipo de electrólito.
Funciona para descomponer y utilizar los carbohidratos, desarrollar los músculos, mantener un crecimiento normal del cuerpo, controlar el equilibrio ácido básico y también la actividad eléctrica del corazón.
“Es un mineral que no es muy consumido, por lo que el consumo de las verduras blancas sería ideal para recuperar este nutriente”, indicó Weaver.
Por su parte, la fibra vegetal es bien conocida por agregar volumen a la dieta y con eso, fomentar el sentimiento de saciedad más rápidamente, contribuyendo a controlar el peso. También favorece la digestión y previene el estreñimiento.
Finalmente, el magnesio “participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, en la contracción y relajación de músculos, en el transporte de oxígeno a nivel tisular y participa en el metabolismo energético”, explica la web especializado Línea y Salud.
Según se destaca, cerca del 60% de las necesidades diarias de magnesio se depositan en los huesos, el 28% en órganos y músculos, y el 2% restante en los líquidos corporales, de allí la importancia de aumentar su ingesta.