España sigue siendo el país líder mundial en trasplantes de órganos, pese a la crisis que afecta al país, afirmó este martes el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) , Rafael Matesanz, durante un seminario.
“ Nos ha afectado poco. Nos mantenemos. España sigue con su liderazgo en el mundo ” , afirmó Matesanz, en una rueda de prensa, en el marco del seminario “ El trasplante en tiempos de los tiempos de crisis ” .
Según datos del Registro Mundial de Trasplantes, España fue líder en 2011 con “ más de 4 200 trasplantes efectuados ” , un nivel que se mantiene en este año.
“ El año pasado estuvimos en máximos históricos y a noviembre de este año, estamos igual o un poco por encima ” , afirmó el director de la ONT, quien, no obstante, reconoce el duro momento que atraviesa la sanidad española por los recortes destinados a reducir el déficit público.
“ El modelo aguanta bien ” , dice Matesanz, pero adelanta que la ONT está estudiando medidas para evitar futuros problemas, a petición del ministerio de Sanidad español.
“ Antes de que nos recorten, vamos a intentar racionalizar ” , dijo Matesanz, mientras, el coordinador regional de trasplantes del País Vasco, José Ignacio Aránzabal, aseguró que, prácticamente desde su creación, el sistema de trasplantes “ ha racionalizado los recursos de la mejor manera posible ” .
Aránzabal abogó además por “ potenciar la donación renal, tanto de vivo como de fallecido, porque es una forma de ahorrar dinero. Vamos a generar así una bolsa económica que se puede utilizar para otros objetivos ” .
En España hay 50.000 enfermos renales crónicos, de los que 25.000 viven con un riñón funcionante, que generan un ahorro a la Sanidad pública de entre 400 y 450 millones de euros anuales, “ más de lo que cuestan todos los trasplantes de órganos que realizamos en España ” .
Un trasplante de riñón ahorra una media de 21.000 euros por paciente, ya que cada persona sometida a diálisis cuesta 50.000 euros al año al sistema sanitario.
Para Matesanz, un posible riesgo en el futuro en un país en recesión y con un desempleo que afecta a un cuarto de la población activa es que algún paciente pueda dejar de tomar medicamentos inmunosupresores después de la operación porque no pueda pagarlos.
“ No se ha dado ningún caso. Pero, sí, existe ese riesgo ” , afirmó, precisando que también están buscando nuevas medidas en ese ámbito para evitarlo.