Edgar Reyna, psicólogo clínico y terapeuta familiar de Serviterapias, responde las dudas sobre el trastorno de pánico.
¿Qué es el trastorno de pánico?
Es una reacción súbita, abrupta, de una persona que puede darse en cualquier momento. Esta situación puede ser real o ficticia, donde el paciente presenta determinada sintomatología. Una de las más frecuentes es la necesidad de escapar. Si está en una sala, en fracciones de segundos, querrá salir en estampida, porque empieza a sentir que se ahoga, que su corazón palpita más rápido, que tiene sudoración excesiva. Es un sentimiento de aprehensión, como que alguien lo sigue.
¿Este problema se puede dar en los niños?
En ocasiones puede darse un trastorno de pánico en la infancia. Sin embargo, es más frecuente en los adultos, porque el niño no ve con tanta seriedad o firmeza lo que le está ocurriendo. Además no tiene tantos acontecimientos traumáticos y el ataque de pánico está inevitablemente ligado a estos acontecimientos.
Un ataque de pánico, ¿es consecuencia de un trauma?
Justamente. El ataque de pánico tiene un trasfondo, es producto de un acontecimiento traumatizante, doloroso, de peligro por el que la persona pasó. Resulta que ese acontecimiento está grabado en el cerebro, concretamente en el inconsciente y en un momento dado, aflora. Es como que tenemos dos cablecitos que están ahí, punta a punta, pero que no se unen hasta que ocurre una situación bochornosa.
¿Se puede confundir con un ataque de corazón?
Dentro de la sintomatología, una de las principales señales es la palpitación cardiaca, casi como una taquicardia. Si es en la noche, se acompaña de sudoración excesiva, temblor en el cuerpo, pesadillas y dificultad al respirar. La mayoría de personas cree que es un problema del corazón, pero resulta ser un ataque de pánico, que tiene que ser tratado desde el campo psicológico.
¿Cuál es el procedimiento de un psicólogo ante un paciente con trastorno de ataque de pánico?
El tratamiento con el que se procede en esta situación es la identificación del origen del trastorno. Detrás de cada causa o conducta siempre hay un antecedente. Con el paciente, en el proceso, y de una forma muy sabia, tenemos que retroceder hasta ese momento, para revivirlo y enfrentarlo. Una de las estrategias es volver al lugar o a la instancia donde se desarrolló ese evento traumático.
El ataque de pánico siempre tiene que ver con el acontecimiento en sí. Por ejemplo, si a mí me asaltaron en una calle oscura, siempre el ataque de pánico me va a dar en un callejón con las mismas características.
¿Se emplean medicamentos en el tratamiento del ataque de pánico?
Sí, se usan cuando el problema está muy avanzado. Cuando el paciente no es capaz de revivir y enfrentar el acontecimiento. Entonces, el médico psiquiatra receta medicamentos para que pueda seguir el proceso.
Lo recomendable sería hacerlo sin medicina y emplear la técnica del psicoanálisis. En algunos casos, se llega al síntoma a través de dibujos. Este tratamiento no es de una cita, es un proceso que puede durar algún tiempo, dependiendo del tipo de trauma, del nivel en el que esté y de la técnica que se aplique en cada caso.
¿Cuál es la consecuencia de no tratar el ataque de pánico a tiempo y con un profesional?
El mayor riesgo es que el problema se haga somático. De tanto revivir el acontecimiento, puede producirse una lesión cerebral, producto de una caída al no poder controlar el miedo. También se puede desarrollar una gastritis, por el dolor que siente la persona cada vez que se acuerda del hecho traumático, porque los conflictos emocionales pueden transformarse en males crónicos.