Un grupo de investigadores estadounidenses logró un avance en medicina que remite a la novela Frankenstein y que permitirá salvar muchas vidas mediante trasplantes: en un laboratorio cultivaron con éxito un pulmón mediante el uso de partes de ese mismo órgano de niños fallecidos.
Medical News Today informó hoy, 18 de febrero de 2014, que científicos de la Universidad de Texas Medical Branch, en Galveston, lograron por primera vez desarrollar un pulmón en un laboratorio, mediante el uso de partes de pulmones de dos menores fallecidos.
De algún modo, señaló el informe, se logró crear vida en un laboratorio. Tal como en la novela del monstruo de Victor Frankenstein. El investigador Joan Nichols confesó que a su equipo le tomó un año para demostrarse a sí mismos que habían hecho un buen trabajo: “Tu no sales corriendo de inmediato para decirle al mundo que tienes algo maravilloso entre manos, hasta que te has demostrado a tí mismo que hiciste algo increíble”.
El anuncio abre las puertas a trasplantes de pulmones, sin tener necesidad de salir a buscar desesperadamente un donante, sano y compatible. Según Medical News Today, a través del uso de partes de los pulmones de dos niños fallecidos, los expertos lograron crear una estructura con colágeno y elástica -principales componentes del tejido conectivo-.
Con células de otros pulmones, los especialistas juntaron todas las partes del rompecabezas en una cámara llena de líquido nutritivo, entre otros componentes, y cuatro semanas más tarde obtuvieron un pulmón humano completo.
Antes de desarrollar un pulmón humano, los científicos aplicaron esta técnica hace cuatro años en pulmones de ratas y de cerdos, y lo hicieron con éxito.
Si bien el avance despierta expectativas y entusiasmo -en particular entre los millones de fumadores, que suelen tener los pulmones más dañados- los investigadores subrayaron que realizar un transplante de pulmón en seres humanos podrían demandar un mínimo de 12 años.
Una realidad que se había vislumbrado hace casi dos siglos en la novela de Mary Shelley, ‘Frankenstein’, en la que con partes de cadáveres se puede crear vida.