Las ñustas participaron en las festividades del Inti Raymi

Las jóvenes de las comunidades de Salasaka asistirán a la fiesta del Kinlli Urku

Las jóvenes de las comunidades de Salasaka asistirán a la fiesta del Kinlli Urku

Las jóvenes de las comunidades de Salasaka asistirán a la fiesta del Kinlli Urku. Fotos: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Las ñustas o reinas de las 18 comunidades del pueblo Salasaka fueron parte de las festividades del Inti Raymi o Fiesta del Sol, la semana pasada.

Ellas participaron en el concurso para elegir a la Inti Ñusta o Reina del Sol y Allpa Ñusta o Reina de la Tierra. El evento se realizó en la plaza central de la comunidad. Ahora, las ñustas se alistan para el ascenso al Kinlli Urku o cerro sagrado, en la cele­bración del Kulla Raymi o Fiesta de la Fertilidad, que se realizará en septiembre de 2017.

El evento ancestral es parte de las festividades por el calendario agrícola, en la denominada preparación de los terrenos para sembrar los granos.

Según Rafael Chiliquinga, investigador del pueblo Salasaka, en esta temporada las ñustas hacen labores con la yunta y el arado para presidir esta actividad. El historiador asegura que en la visión andina la mujer es la que da origen a la vida, como hace la Pacha Mama o madre tierra al fecundar los alimentos que se sirven.

Para eso, las jóvenes ascenderán con los pies descalzos, encabezadas por la Inti Ñusta y la Allpa Ñusta. Además, las niñas de la comunidad entregarán las ofrendas al Taita Kinlli o al padre cerro, Mama Kinlli y Guagua Kinlli.

“Queremos fortalecer la cultura milenaria y ancestral con estos ritos y el apoyo de los cabildos que son los encargados, junto con las comunidades, de elegir a las ñustas. En el calendario agrícola continúa la selección de granos, el sembrío, el cuidado de la planta, el corte de la flor, la cosecha y la selección de los granos para la chicha, la colada morada y las harinas”, asegura Chiliquinga.

Los eventos ancestrales tienen el acompañamiento de la comunidad y de los músicos que entonan melodías indígenas con el bombo y el pingullo.

Además, las reinas de las 18 comunidades de Salasaka lucen su sombrero de ala ancha color blanco y las bayetas de color rojo, morado, verde y blanco con rayas. Los accesorios, como fajas, con símbolos de la comunidad, anacos, borlas de diferentes colores, tupus, waskas y collares de coral se suman al atuendo.

Teresa de Jesús Mazaquiza, ñusta de la comuna de Rumiñahui Chico, explica que el cargo designado por los taitas no solo es para participar en las celebraciones ancestrales sino para ayudar a las personas de la comunidad. “Los jóvenes vamos apropiándonos de los problemas de la comunidad y como reinas podemos ayudar en la labor social”, dice.

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