La iluminación natural es importante en estos espacios. Este diseño del Arq. Pedro Ordóñez es un buen ejemplo. Foto: Pavel Calahorrano/ EL COMERCIO
¿Qué tal si tras un día extenuante llega a casa y se relaja en su propio cuarto de juegos? De preferencia se requiere un espacio ‘desaprovechado’, talvez vacío. Lo primordial, asegura la diseñadora Daniela Cañizares, es definir la ubicación de los artículos.
Según Estefany Tapia, diseñadora de interiores, dentro de la cromática van mejor los colores brillantes y cálidos, que aportan a la recreación. Rojo, azul o amarillo promueven un ambiente distendido.
En caso de escoger papel tapiz, debe ser lo menos convencional posible. La tienda Kare ofrece llamativas propuestas.
Guarde el equilibrio con colores neutros en pisos y techo. Podrían ser plomo o blanco.
La iluminación principal debe provenir del cielo raso. Una buena opción son las lámparas colgantes metalizadas o estilo araña sobre los juegos.
No obstante, Cañizares recuerda que -de ser el caso- puede aprovechare al máximo la iluminación natural. Un ventanal de dimensiones grandes es de mucha ayuda.
Dependiendo del sitio, hay varias alternativas para el tipo de mobiliarios y pasatiempos. Eso sí -dice Tapia- no se puede descuidar el factor comodidad.
Una mesa de billar por su forma y tamaño imponente es la más llamativa. Además, las maderas utilizadas en su confección contrastan con el resto de la habitación.
Si al salón se suma una mesa de póquer es mejor pintarlo con rojos profundos, marrones o verdes oscuros. En el caso de un pimpón, este tiene la ventaja de replegarse, por lo que no necesita un lugar especial para situarse.
Sin duda, un futbolín es otro elemento ideal. Su tamaño es mediano y en él pueden divertirse varias personas a la vez. Otro tipo de juego infaltable debería ser el de dardos.
Asimismo, Cañizares aconseja tomar en cuenta detalles como un colgador de tacos en una pared, afiches sobre billar o cualquier deporte, jarrones o esculturas llamativas, que darán el concepto al espacio.
La instalación de un minibar queda al gusto personal. En parte dependerá si el espacio es de uso familiar o para adultos. Para mayor comodidad las butacas deben tener asientos y espaldares tapizados. En caso de instalar sofás, los cojines deben ser grandes y con telas de colores y texturas intensas.
También son adecuados los pufs y las almohadas gigantes. Y un contingente de sillas plegables para visitas inesperadas. Repisas decorativas de cortes rectos pondrán un toque contemporáneo. Una pantalla plana da una idea de espacio vanguardista.
En los pisos una de las últimas tendencias -dice Cañizares- es el uso de hormigón decorativo o microcemento, al cual se puede dar distintos tonos y formas por medio de ácidos.
Si opta por una billa, recuerde que se requiere un lugar de 5 x 4 m. ¿Presupuesto? En Billares Proaño, que trabaja con guayacán, amarillo o caoba, las más pequeñas cuestan USD 1 000 y miden 1,80 m x 90 cm.
Las estándar tienen 1,45 x 2,35 m (USD 1 200). Los futbolines, a base de mango, con 22 jugadores de aluminio personalizados (1,30 x 0,77 m), salen por USD 400. Igual valor tiene las mesas de pimpón (1,52 x 2,74 m).
Billares Cepeda, presente en el mercado desde 1942, dispone de modelos multiusos: billa, billar y pimpón por USD 1 900.
Asimismo Billas Brouni, que prefiere el laurel negro y el seike, ofrece billa y pimpón por USD 1 800. Los futbolines menos caros de este negocio (1,10 x 1,45), con tubos niquelados reforzados, son de USD 500.
Y para los rincones vacíos nada mejor que un tradicional sapito, que en Billares Cepeda se elaboran por USD 370 y en Billas Brouni por USD 180.