Rodrigo Jiménez creó tres dibujos con rasgos tsáchilas

Rodrigo Jiménez creó a tres personajes: un cazador, un chamán y una mujer, basándose en la cultura Tsáchila

Rodrigo Jiménez creó a tres personajes: un cazador, un chamán y una mujer, basándose en la cultura Tsáchila

Rodrigo Jiménez creó a tres personajes: un cazador, un chamán y una mujer, basándose en la cultura Tsáchila. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El diseñador gráfico Rodrigo Jiménez utiliza un lápiz y un ratón óptico para plasmar cada rasgo físico de tres personajes tsáchilas, que dibuja en su computadora ubicada en el dormitorio de su casa. El proyecto nació hace alrededor de dos años como un pasatiempo.

La primera figura tsáchila que realizó combinaba colores brillantes y llamativos que evocaba al arte urbano de 1990. “Desde niño empecé a dibujar y la cromática del skate llamó por completo mi atención“, señaló.El dibujo combina rojo y verde que identifican a los tsáchilas. En la gráfica predomina el peinado con achiote nativo en los hombres de la nacionalidad, que se ubica en la provincia de Santo Domingo.

Pero para su proyecto necesitaba que los dibujos tuvieran características físicas más reales. Así que recopiló las fotografías de las visitas que ha realizado a las comunas tsáchilas. Luego identificó a tres personajes esenciales: el chamán o vegetalista, el cazador y la mujer tsáchila. “En la universidad hicimos un trabajo sobre los tsáchilas, así que ya tenía el concepto claro”.

De todas formas, investigó los rasgos físicos y vestimenta de sus personajes. Identificó que la corona de algodón (misilí en tsa’fiki), que utilizan los hombres en las ocasiones especiales es un símbolo de dignidad y paz. Solo la usan adultos y personas importantes como el gobernador.

Además, identificó que las mujeres tsáchilas, por lo general, utilizan franjas negras y muy delgadas en el cuerpo. Estas simbolizan un amuleto de protección, no solo para las personas sino también para la etnia, según el exgobernador tsáchila Héctor Aguavil.

Mientras los hombres dibujan otros signos como rayas en forma de zig zag. Simbolizan las montañas que los tsáchilas vieron cuando llegaron a Ecuador y se asentaron en el noroccidente de Pichincha.

Otra diferencia en la vestimenta es que la falda tiene franjas negras y blancas. La de las mujeres es multicolor, porque representa los colores naturales como el arco iris. “Hacer los dibujos tsáchilas significa, para mí, conocer la nacionalidad. Las líneas las dibujan con una planta llamada malí y la pigmentación tarda dos semanas en salir del cuerpo”.

El dibujo del chamán tsáchila muestra las hierbas medicinales con las que tratan enfermedades como la hipertensión. Esas plantas son protegidas por las familias de chamanes ya que desde niños deben encontrarlas en los bosques y descifrar sus propiedades. En cada dibujo tardó más de dos días, ya que solo se dedicaba en las noches al proyecto, porque durante el día trabaja en un estudio de arte y fotografía en Santo Domingo.

El 21 de mayo de 2016 cuando terminó el proyecto lo subió a las redes sociales. De inmediato sus contactos empezaron a compartir la publicación. A través de las redes ya ha tenido propuestas de hacer camisetas con la estampa de sus dibujos o incluso crear historietas o caricaturas. “Aceptaron muy bien las ilustraciones”.

Mariuxi Zambrano asegura que los dibujos logran captar la atención. “Al observarlos detenidamente se encuentra detalles como el cabello de la tsáchila, que es similar al de las mujeres de la etnia. Nos hacen sentir orgullosos de ser de Santo Domingo”, señaló la estudiante de Diseño Gráfico.

Aunque también tuvo críticas. Hay diseñadores que piensan que el tono de la piel es muy clara y no representa a la nacionalidad. “Estoy tomando en cuenta todas las críticas para mejorar”, señaló.
Según Aguavil desde hace unos 5 años la visión que los mestizos tienen de la nacionalidad cambió. Asegura que hay más respeto y que existen proyectos y emprendimientos para rescatar la cultura.

Según el gobernador, no solo se realizan ilustraciones sino también videos como ‘El gran Miya’, que fue un documental que se lanzó el año anterior. “Mientras se realicen productos con respeto y sin denigrar nuestra cosmovisión, nos sentimos contentos porque eso ayuda a visibilizarnos a nivel local y nacional”.

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