Roberto Carlos llegará esta semana al Ecuador para poner fin a una ausencia que ha durado tres décadas. El artista brasileño ofrecerá dos recitales en Quito y Guayaquil, el 23 y el 26 de julio, respectivamente. De este modo los habitantes de la ciudad porteña tendrán la oportunidad de celebrar sus fiestas de fundación junto al Rey de la canción popular latinoamericana.
Título y fama que se corresponden con sus más de 100 millones de discos vendidos en todo el mundo, convirtiéndose en el único brasileño que ha vendido más discos que los Beatles y Elvis Presley en América Latina. Los episodios personales más importantes que han ido marcando el destino de este artista también se han proyectado en su música. Y es así como hay canciones que se han convertido en referentes no solo de su música sino también de su vida.
El propio artista recuerda la primera vez que se paró frente a un micrófono como un “día lindo”. Una expresión recogida por Paulo César de Araujo en el libro biográfico ‘Roberto Carlos em detalhes’. Fue el mismo año del Maracanazo, cuando Brasil perdió 2 -1 ante Uruguay, cuando un niño de 9 años había ganado un concurso para cantar en vivo en el auditorio de la radio Cachoeiro de Itapemirim, su ciudad natal. Cuando Roberto Carlos cantó por primera vez, una educada voz infantil desprendía los versos de Amor y más amor, un bolero compuesto por Bobby Capó y estrenado ese mismo año.
Enrumbado por la vocación musical, Roberto Carlos estuvo al frente de un segmento local de música en la radio local antes de mudarse a Río de Janeiro en busca de su sueño. Finalizaba la década de los 50 cuando a Brasil arribó la fiebre del sueño americano traducida en sus diversas expresiones culturales.
James Dean, Chuck Berry, Marilyn Monroe, Elvis Presley se erigían como los nuevos modelos aspiracionales. Con poca apertura en los medios locales, Roberto Carlos aprovechó esta oleada cultural para asimilar los sonidos del rock and roll y colarse en la televisión imitando a otro Rey. Con impecables y animadas presentaciones interpretando Jailhouse Rock o Hund Dog, el joven músico de pronto fue bautizado como el Elvis brasileño.
Pero más tarde se reconciliaba con sus raíces musicales dedicándose a la bossa nova. Así consiguió su primer contrato para grabar su primer LP ‘Louco por Voce’, de donde se desprende la canción del mismo nombre con un estilo que los más doctos de la bossa brasileña aún consideraban ‘americanizado’.
Una reputación que fue reivindicada a mediados de los 60 cuando Caetano Veloso y María Bethania ensayaban Querem acabar conmigo, un tema clásico compuesto por Roberto y Erasmo Carlos que no llegó a interpretarse en la televisión como estaba previsto pero que lo integró al ‘tropicalismo’.
Con una carrera consolidada, en 1971 se publica Amada amante, el secreto musical entre Roberto Carlos y su primera esposa Cleonice Rossi.
Más maduro pero no menos pasional, la era romántica pero también apostólica ebullía en los siguientes años con temas como Eu preciso de voce, Cama y mesa, Aleluia o Jesus Cristo.
En el 2010 el músico le dedicaría por última vez el tema Lady Laura, compuesto en 1978, a su madre. El artista se encontraba en una presentación en New York para celebrar sus 50 años de carrera, cuando ella murió por problemas respiratorios a los 96 años.
Desde aquella primera vez que cantó en la radio local de Itapemirim, Roberto Carlos ha dejado que su propio talento lo ratifique como el monarca de la canción latinoamericana. Este fin de semana llega al país para hacer un repaso de sus éxitos y ofrecer otros nuevos.
No olvide
En su página web, el cantante Roberto Carlos ha anunciado dos fechas de presentación en el Ecuador. El 23 de julio se presentará en el Centro de Convenciones de Guayaquil a las 20:30. El 26 de julio, lo hará en el Coliseo Rumiñahui a partir de las 21:00.
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