La agrupación argentina Babasónicos es una de las participaciones internacionales previstas para la edición en Cuenca. La banda estuvo en el Quitofest, cuando se realizó en el Itchimbía. Foto: EL COMERCIO
El 15 y 16 próximos se realizará la primera edición itinerante del Quitofest. El festival se muda a Cuenca -al estadio Alejandro Serrano Aguilar- con un cartel casi cerrado y, sobre todo, con la expectativa de sostener su labor desde una nueva tarima geográfica.
El motivo de este traslado se remonta a la previsión de la organización al avizorar un año complicado en Quito debido a las elecciones seccionales. “Eso nos hizo tratar de ser previsivos”, dice Édgar Castellanos. Así, a inicios este año, se ideó un plan B en la forma de un formato itinerante para el festival.
“Participamos en los Fondos Concursables (del Ministerio de Cultura y Patrimonio) pensando en Cuenca con un plan concreto debido a las facilidades que vimos. La ciudad estaba muy abierta a este tipo de propuestas y queríamos aprovechar”, asegura Castellanos.
Lo evidente es que, pese a la inclusión de actos internacionales en este año –Babasónicos y Carajo, entre ellos-, el peso del cartel está en lo nacional. Hay una participación importante de bandas de Loja, Guayaquil, Machala, recayendo más peso en los grupos cuencanos. Bandas tradicionales e históricas como Sobrepeso y Basca se unen a grupos como Zuchos del Vado y Radio Fantasma, que sin ser emergentes tienen trayectoria y son queridas.
Este año el festival se realiza en un estadio, en lugar de en un parque como se acostumbró en ediciones pasadas. “Un estadio es mucho más seguro y cómodo que un parque porque tiene garantías de infraestructura que pueden ayudar a que un evento se realice con más facilidad. Si bien Cuenca tiene un montón de parques bonitos que se pueden utilizar, las autoridades de Cuenca estaban preocupadas por la seguridad del espacio público”. Según el también músico, el estadio, al estar en el centro de la ciudad, permite una afluencia de público de forma más sencilla.
El control policial excesivo fue una queja del año pasado. Según la organización, se han hecho acercamientos pero “se va de las manos de los organizadores porque son fórmulas que se utilizan en toda la región”. “Hemos tratado de hablar y buscar una manera de que sea más fácil para el público y para la Policía. Que no sea un trabajo tan horrible de manosear al prójimo buscando cualquier cosa. Estamos conscientes pero son unos estándares que se deben respetar”. El número de policías en las afueras del estadio será limitado y se dedicarán especialmente al control para que no ingrese alcohol. En el interior va a haber seguridad privada y municipal.
El año pasado decayó la asistencia y, tal como reconoce Castellanos, un factor preponderante fue el cambio del parque Itchimbía por el Bicentenario. “Creemos que al hacerlo en Cuenca va a motivar a que mucha gente del sur del país se dirija. Esperamos una asistencia de por lo menos 20 o 25 mil personas por día”, aseguró.
Según Fundación Música Joven, el premio del Ministerio fue de USD 30 000, lo que representaría el 15% del total. El resto se completa con instituciones como el Municipio de Cuenca y dependencias relacionadas. Se espera que se sumen instancias particulares.
Castellanos explica que estos fondos pueden ser fiscalizados por las leyes tributarias. “Todo responde a informes contrastados, facturas, impuestos. De hecho, creo que deberíamos transparentar más esa información y que esté a disposición del público”. Para finalizar aseguró que se sigue en conversaciones para hacer el Festival en la capital: “Ojalá que en estos días se defina. Está claro que si el festival se realiza, se lo hará en el contexto de Fiestas de Quito. Vamos a tratar de que se haga lo mejor para el público”.