En el sur de Quito se celebra el Día de las Bibliotecas

Niños, jóvenes y adultos llegan todas las semanas para devolver el libro que han leído y llevar uno nuevo para empezar la semana. Foto: EL COMERCIO

Niños, jóvenes y adultos llegan todas las semanas para devolver el libro que han leído y llevar uno nuevo para empezar la semana. Foto: EL COMERCIO

Niños, jóvenes y adultos llegan todas las semanas para devolver el libro que han leído y llevar uno nuevo para empezar la semana. Foto: EL COMERCIO

Cada 24 de octubre se celebra el Día Mundial de las Bibliotecas y, por ende, de los lectores. BiblioRecreo, el proyecto de responsabilidad social del centro comercial El Recreo, ubicado en el sur de la capital, reconoció a sus mejores lectores como parte de esta fecha especial.

Niños, jóvenes y adultos llegan todas las semanas para devolver el libro que han leído y llevar uno nuevo para empezar la semana. Ese es el caso de Dana Vargas, la pequeña de cuatro años va acompañada de su padre, Fernando, para leer un momento en esta biblioteca y luego decidir qué obra se llevará a casa. Aunque la pequeña todavía no sabe leer, sus padres incentivan su amor por la lectura, y lo hacen yendo religiosamente todas las semanas a este centro.

Claudia Bugueño, coordinadora de BiblioRecreo, cuenta que el proyecto lleva cuatro años. Se trata de un bus escolar que en su interior no tiene asientos ni ventanas, sino libros. Para ser usuario, se debe dejar una copia de cédula y de la papeleta de votación, más un croquis del domicilio impreso desde Google Maps. A manera de inscripción anual, los mayores de 12 años deben pagar el valor simbólico de USD 5 y los menores de esa edad, USD 3.

Como parte de la celebración se invitó a César Chávez, bibliotecario del Centro Cultural Benjamín Carrión, quien habló sobre la historia de las bibliotecas y la situación en el país. Su mensaje fue claro: sin lectores no hay bibliotecas. “Puede ser la biblioteca más hermosa del mundo, pero si no hay lectores no funciona. Debe satisfacer las exigencias del lector”, dijo.

También se refirió a la labor de un bibliotecario. Para él, no basta con que el oficio se reduzca a llenar fichas, entregar y organizar libros, sino que un bibliotecario es un transmisor de conocimiento y un guía de lectura.

Fueron 15 personas las reconocidas como mejores lectores del año. Se escogieron cinco niños, cinco jóvenes y cinco adultos. José Antonio Gualotuña, de 64 años y amante de la literatura negra, fue uno de ellos, a quienes se les entregó un jarro con el logo del proyecto, separadores y libretas. “Vengo cada 15 días o cada semana y llevo tres libros”, contó. Luego los devuelve y saca tres más. A la cita suele estar acompañada por su esposa, pues antes o después de visitar la biblioteca, se distraen en el cine.

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