Luz ‘Achik’ Chimbo presenta la quinua cocinada que se utiliza para diferentes platillos. Este ingrediente ancestral es uno de los principales dentro del menú del restaurante. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Achik significa luz. Y con estos dos nombres -en español y kichwa- se identifica la propietaria del restaurante Quinua. De nacionalidad Cañari, Achik Chimbo llegó hace un año a Quito para formar parte del proyecto de comida saludable que lleva a cabo Quinua desde hace 10 años.
Chimbo describe el cambio de vida hacia la capital como un choque al que, poco a poco, se ha ido adaptando. Le cuesta hablar de su tierra (Cañar) sin que recorran sobre su rostro un par de lágrimas. Por ello, tiene la firme idea de regresar una vez que haya cumplido su misión en Quito.
La idea de compartir su cultura a través de la comida llegó como una respuesta para Achik, quien veía que la gente de su pueblo estaba migrando principalmente hacia EE.UU. , dejando de cosechar los productos típicos de la chakra con los cuales ella creció y que conoce a profundidad.
Así, buscó dar un valor agregado a la producción local logrando que Quinua se abastezca de amaranto, quinua, maíz, fréjol, entre otros productos que cultivan sus padres en los terrenos de Cañar.
A partir de estos alimentos elaboran un menú diario, estilo ejecutivo, con la característica de que no se cocina con carnes, ni leche ni huevos. A esta iniciativa se la podría denominar como vegetariana, pero Felipe Chimbo, socio del restaurante, prefiere la mención de cocina integral. Bajo este concepto se enmarca a la comida saludable que responde a la biología de las personas.
Con esta idea de base, las recetas se conjugan entre la tradición y la innovación. Achik reconoce que ha añadido su toque a las recetas siempre pensando en el sabor para atraer públicos jóvenes y en la salud para mantener un balance.
De este modo, ella juega entre las cocciones al vapor o fritas. “Abro mi corazón a una fusión de todas las culturas utilizando mis productos”, dice. Pero no deja de lado las recetas de su hogar.
En el restaurante, una vez al mes prepara el chivil: una especie de tamal del Cañar. Achik cuenta que la preparación se realiza con maíz, al que pela con ceniza y luego se lo muele. Esta masa se envuelve en hoja de maíz y se la enrolla con una cinta para que tenga dureza y se cocina en leña. Otros platos de la carta incluyen croquetas de quinua, sancocho, empanadas de amaranto, pasteles y postres como el dulce de uvilla. Así, en Quinua, el recetario andino toma una nueva forma mediante platillos que aprovechan los productos nativos para una alimentación completa.