El principio aplicado para el desarrollo de este tipo de memoria es la reacción de Belousov-Zhabotinsky (BZ). Foto: Captura
Al bit se lo conoce como la unidad de memoria mínima que existe en las ciencias computacionales. Se trata de un dígito del sistema de numeración binario, que puede ser representado con un uno o un cero. El uno representa información contenida en el bit y el cero, la ausencia de esta. En este sistema están basados todos los lenguajes computacionales que se encuentran en el mercado.
Durante los últimos años, las investigaciones en mecánica cuántica abrieron paso al qubit, una unidad de memoria con dos estados posibles y que puede ser manipulado de manera arbitraria. Esta unidad está siendo probada en la actualidad para llevar a cabo estudios sobre inteligencia artificial.
Pero ahora, además de estas dos unidades, investigadores del Instituto de Física Química de la Academia Polaca de Ciencias en Varsovia han hecho avances en el desarrollo de lo que han definido como el ‘chit’. Se trata de una unidad de información, que contiene tres gotas adyacentes con las cuales se producen reacciones químicas de forma cíclica y constante.
El principio aplicado para el desarrollo de este tipo de memoria es la reacción de Belousov-Zhabotinsky (BZ), según explica el portal especializado en ciencias Phys.org. Una reacción química ocurre cuando una serie de sustancias químicas (reactivos) se ponen en contacto entre sí, reaccionan y abren paso a productos.
La reacción de Belousov-Zhabotinsky se caracteriza por alcanzar un equilibrio entre los elementos. Así, la relación entre reactivos y productos permanece constante. Aquí puede ver un video de dicho tipo de reacción.
Video: YouTube, cuenta: Stephen Morris
Dentro de este tipo de reacción, que es el fundamento básico para el funcionamiento del ‘chit’, una vez que un ciclo termina, los reactivos que se necesitan para iniciar el siguiente se reconstituyen en la solución química que desarrollaron los investigadores.
Para lograr que el ‘chit’ almacene información, los científicos tuvieron que utilizar un segundo catalizador. Se trata del rutenio (Ru), situado en el grupo 8 de la tabla periódica. La inclusión de este elemento genera que la reacción de Belousov-Zhabotinsky se vuelva fotosensible (sensible a la luz). Cuando la solución es apuntada con una luz azul, las oscilaciones de la reacción se detienen, lo cual hace posible que sea manipulable.