Parte de la película se filmó en las playas de Tonchigüe. Foto: Cortesía de Sandino Burbano
Como los personajes de su historia, Sandino Burbano ha tenido que enfrentarse a sus propios molinos de viento, para llevar a la pantalla grande su primer largometraje de ficción como director. ‘Quijotes negros’ se estrenará el próximo viernes 21 de julio en las salas del cine Ochoymedio y Supercines, en Quito.
La idea nació de una inquietud que palpitaba en Burbano desde su adolescencia, cuando leyó por primera vez la novela de Miguel de Cervantes, ‘Don Quijote de la Mancha’.
Luego de la lectura le incomodaba que haya sido el señor feudal quien protagonizara la búsqueda y la conquista de la belleza. Circunstancia que dejó relegado a su escudero a una imagen servil y sumisa, al que le quedaba negado la búsqueda de la ilusión desde su propia perspectiva y anhelo.
Años más tarde, Burbano quiso hacer justicia. Se decidió a escribir un guión, en el que se reapropia de los personajes cervantinos poniéndolos en el contexto de una realidad local.
De este modo surgió la historia de un Quijote negro y un Sancho andino. Son dos personajes latinoamericanos marginados y soñadores, que se disputan el amor de la reina y la princesa de España.
A través de una fantástica aventura, los personajes accederían a un espacio hasta entonces negado a su condición étnica y social.
Con el guión listo, Burbano se dedicó a buscar dos actrices profesionales para los papeles de la reina y la princesa, que finalmente recayeron en Annie Rosenfelt y Mónica Mancero, respectivamente.
La idea era marcar un contraste gestual y emocional con la interpretación “más salvaje” y natural, que buscaba en los personajes de Sancho, el Quijote y el Enano, que fueron interpretados por Patricio Garrido, Alberto Cuesta y Tomás Tipán, en ese orden.
Propuesta como una tragicomedia en tono de farsa, el director apeló en varias ocasiones al Fondo de Fomento Cinematográfico, que entregaba el CNCine para financiar la producción. Pero no obtuvo un resultado favorable.
La película se rodó en el 2007, durante 44 días, en Esmeraldas y Pichincha. Desde entonces, el cineasta ha tenido que sortear obstáculos económicos y burocráticos para poder finalizar el filme.
Para Burbano, el lenguaje cinematográfico es una expresión que lleva intrínseca una actitud poética. Una intención reflejada en la estética visual y sonora de una historia sobre colonialismo y mestizaje.
Película
Quijotes negros, de Sandino Burbano
Argentina
Mejor película, Festival de Cine Fantástico
Ecuador
Mejor largometraje, La Casa Cinefest
Estreno
Viernes 21 en Supercines y Ochoymedio