Luego del trabajo comunitario, los moradores del barrio degustan la pambamesa. Foto: cortesía C3 Diseño Integral y Paúl Rivas /EL COMERCIO
La construcción de una casa comunal, que funciona como mirador y también como espacio para la recuperación de prácticas ancestrales, como la minga y la pambamesa (comida comunitaria), se levanta en el barrio Vista Hermosa de las Antenas, en el sector de La Ferroviaria, en el sur de Quito.
La obra todavía no ha concluido, pero toda la estructura de hormigón y las paredes se levantaron con la colaboración de la comunidad, por lo que se trata de un proyecto pensado y hecho conjuntamente con ella, asegura Christian Vicente, arquitecto responsable.
Luis Pedraza, presidente del barrio, manifestó su alegría y la de todos sus vecinos al contar con un espacio para compartir. Él comentó que antes se reunían en una pequeña estancia de la casa de uno de los moradores.
La estructura se levantó gracias a varias colaboraciones de entidades públicas y privadas. La Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central del Ecuador donó los antiguos tableros de madera donde dibujaban los estudiantes de antaño.
Estos sostienen los palets que conforman las paredes, que fueron donados por la empresa AV Corp, (soluciones ambientales para la industria); mientras que las estructuras metálicas fueron el aporte de Induvallas.
Los moradores de Vista Hermosa de las Antenas esperan más donaciones para instalar la cubierta. Además, en uno de los lados está planificado colocar vidrio para mejorar la vista hacia el sur quiteño.
La meta del proyecto, que funciona bajo el nombre de Re-Vita y fue una iniciativa del Colectivo C3 Diseño Integral, no es la obra arquitectónica en sí. “La idea es que se revivan las tradiciones que se están perdiendo”, asegura Andrea Jarrín, otra de las arquitectas de esta aspiración comunal.
Además, el barrio se encuentra en la ruta Qhapac Ñan (Camino de los Incas), por lo que aumenta su trascendencia e importancia, pues la intención es revitalizar ese escenario para la participación comunitaria y las relaciones entre vecinos, indica Vicente.
El espacio en el cual se levanta la casa comunal corresponde al porcentaje que el Municipio destina para uso comunitario. Luego de una socialización general, se decidió que allí se levantaría la casa comunal.
El proceso siguió con el diseño compartido entre arquitectos y vecinos, la gestión de adquisición de los insumos y, finalmente, la minga de construcción.
Esta iniciativa fue una de las elegidas en el XIII Encuentro de arte y comunidad Al Zu-rich, que se realiza anualmente y que rescata el arte y los proyectos comunitarios de los sectores populares de la urbe.
Dado el éxito de esta empresa comunitaria, los arquitectos del taller C3 Diseño Integral creen conveniente ejecutar proyectos parecidos (según las necesidades de cada colectivo) en otras zonas, como Oriente Quiteño, San José de Monjas y La Forestal.
Los parámetros para cada intervención son, esencialmente, dos: realizar obras que la comunidad requiera para sus actividades cotidianas y dar vida a la tradición ancestral.
En La Ferroviaria, Re-Vita se desarrolló durante los meses de agosto, septiembre y octubre del 2015 y el proyecto aún no finaliza. Sin embargo, es un logro para los moradores, según el Presidente comunitario.
Los representantes de C3 explican que la intención es generar espacios similares a los que antiguamente fueron los tambos (espacios de encuentro, recuperación y hospedaje), a lo largo de la ruta del Qhapac Ñan, de acuerdo con las necesidades comunitarias.
Además, consideran que la revitalización de sitios abandonados o en mal estado es una oportunidad para potenciar actividades turísticas en zonas ancestrales.