Arcoíris al pie del volcán, en Baños de Agua Santa. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Cómo tener un registro de mi presencia en lugares que visité por trabajo, diversión o aventura fue una de las interrogantes que me planteé desde que me inicié en la fotografía. No deseaba mostrar un rostro y opté por los pies. El proyecto de fotografía se inició en 2009.
Una visita al complejo arqueológico Machu Pichu, en Perú, me planteó dificultades en el trayecto que inicié en el Cusco. Tuve que caminar horas, hacer transbordos y llegar en dos días a la gran montaña vieja.
El cansancio no fue un límite para disfrutar de una de las maravillas del mundo. Luego vinieron otros lugares en el continente, en especial en el Ecuador.
El ensayo fotográfico fue realizado con cámaras de celular y digitales y otros equipos que permitan captar el paso del tiempo. La idea es que las plantas de los pies se conviertan en una conexión que, conjugada con el lugar visitado, sea parte de la composición de la imagen.
Imágenes
Sobre una canoa en el río Bobonaza en la Amazonía.
Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Pies descalzos sobre la laguna del Quilotoa, Cotopaxi. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Junto a las ruinas de Machu Pichu, en 2009. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Sobre el puente Juan Montalvo, en Ambato. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Con fundas plásticas para evitar el frío en el páramo de Achupallas, en Chimborazo. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO