Los perros ya pueden viajar en el Metro de Madrid

Metro de Madrid ha puesto en marcha una campaña informativa para explicar las condiciones de acceso de estos animales a la red de transporte ferroviario.

Metro de Madrid ha puesto en marcha una campaña informativa para explicar las condiciones de acceso de estos animales a la red de transporte ferroviario.

En el lugar se emprendió una campaña informativa para explicar las condiciones de acceso de estos animales a la red de transporte ferroviario. Foto Referencial: Flickr

Los dueños de perros están de festejo en Madrid: a partir del miércoles 6 de julio de 2016, la capital española permite el acceso de estos animales a su red de Metro, en la que podrán viajar sin costo adicional junto con sus propietarios.

Los perros pueden moverse bajo tierra, junto a sus portadores, siempre que lo hagan en el último vagón del tren, estén atados con una correa de una longitud no superior a 50 centímetros, utilicen bozal, estén correctamente identificados a través de un microchip y respeten la limitación horaria establecida.

Además, solo podrá acceder un perro por viajero, en ningún caso podrán utilizar las escaleras mecánicas de las estaciones del suburbano, y la persona responsable será su portador y de forma subsidiaria el propietario del perro.

El acceso queda limitado a las horas 'valle', lo que excluye la hora punta, donde se concentra la mayor afluencia de viajeros, aunque durante los fines de semana, festivos y en los meses de julio y agosto de 2016 su acceso será libre.

En caso de incumplimiento de los requisitos, se prevén sanciones de hasta USD  223. Asimismo, Metro de Madrid ha puesto en marcha una campaña informativa para explicar las condiciones de acceso de estos animales a la red de transporte ferroviario.

Hasta ahora, los animales domésticos no podrían entrar en el metro de la capital española, a excepción de los perros lazarillo y los ejemplares de pequeña dimensión en transportín.

Madrid se equipara ahora, de esta manera, a ciudades como Berlín, Lisboa, Bruselas, Londres o Barcelona, que en este último caso permite el acceso de perros desde 2014.

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