Jero Cilveti y Renato Zamora trabajan junto a su gata Lírica. Foto: Paúl Rivas y María Isabel Valarezo/EL COMERCIO
Un gato descansando sobre el escritorio de su compañero o un perro paseando por los pasillos de la oficina no son imágenes que se acostumbran asociar con el ámbito laboral. Sin embargo, llevar mascotas al trabajo ayudaría a reducir el estrés, mejoraría las relaciones entre compañeros e, incluso, incentivaría la productividad de sus empleados.
Así lo explican estudios como el de la Universidad Commonwealth de Virginia que comprobó que quienes llevan a sus perros al trabajo producen menos cortisol, la hormona que se libera en situaciones estresantes. Por otro lado, los investigadores de la Central Michigan University demostraron que existe una mayor colaboración en ambientes donde hay presencia de animales.
Para Michelle Arévalo- Carpenter, gerente general de Impaqto Quito, los beneficios de llevar mascotas al trabajo son evidentes. Por ejemplo, las personas son más productivas porque no tienen la urgencia de salir temprano para ir a ver a su perro, están más relajadas y todos se preocupan por el bienestar de los animales de sus compañeros.
La idea surgió por la experiencia que tuvo su esposo, Matthew, cuando trabajaba en las oficinas de Google, en California. El primer día de trabajo, recuerda, llegó sorprendido a su casa y le comentó que sus compañeros podían llevar a sus perros. Desde ese momento, él y su perrita empezaron a tomar el bus de Google todas las mañanas para dirigirse al trabajo. La mascota se hizo famosa en la oficina y ellos empezaron a notar cómo su calidad de vida mejoraba. Se informaron de los beneficios y, cuando regresaron al país, decidieron implementar este sistema en sus oficinas.
Michelle Arévalo-Carpenter lleva a su perra Nena a Impaqto Quito. Foto: Paúl Rivas y María Isabel Valarezo/El Comercio
Su perra, Nena, se ha convertido en la consentida en su trabajo. A ella la acompaña Chicha, una shih tzu de nueve años, que sigue a su dueña a todas partes. Diana Pazmiño, co-fundadora de Metier, la trae en su bolsa-cama todos los días al trabajo. Cuando tiene sed le avisa con su “ladrido especial”, al igual que cuando quiere salir al baño. Atender a sus necesidades le permite distraerse y volver con más motivación a continuar con sus labores.
Quienes deseen llevar a su mascota deben avisar con anticipación, para calcular el número de perros que asistirán ese día. La responsabilidad de los propietarios es fundamental, explica Arévalo- Carpenter. Deben comprometerse a cuidar a su mascota durante la jornada y no deben llevar canes agresivos o con problemas de comportamiento. Cuando un perro nuevo va a ingresar a la oficina, se aseguran de que primero socialice con los otros de su especie. Es por eso que los llevan al parque La Carolina, que está a pocas cuadras, para que jueguen un momento y después entren juntos.
En La Casa Nostra Estudios también promueven el concepto de oficinas ‘pet friendly’. Por eso, clientes y empleados pueden llevar a sus perros y gatos. Además, cuidan de Lírica, una gata que llegó hace dos años y se ha convertido en el centro de atención. Todos los días pasea por los cuartos de la casa, sube a las consolas, juega con los cables y se sienta en las piernas de quienes están trabajando. Este es su territorio y ella es la “gerente” del lugar, explica Renato Zamora, productor musical.
Todos se preocupan por Lírica, la llevan al veterinario, compran su comida y, cuando salen de viaje, traen un regalo especial para la gata. Para Zamora, Lírica es una compañía y un soporte, ya que permanece junto a ellos durante toda la jornada de trabajo y mejora la energía del lugar.
Aunque en el país no es común esta práctica, en empresas como Amazon cuentan con pisos especiales para personas que asisten con sus mascotas, explica Pauline Billote, quien trabajó en esa compañía hace tres meses y ahora es miembro del área de recursos humanos de yaesta.com. Los animales permiten que los empleados se sientan a gusto en un ambiente que no es su casa y pueden estar más en contacto con sus sentimientos y con sus compañeros. Lo importante es establecer reglas claras para no perturbar a ningún miembro del equipo.