En el área de Consulta Externa de Pediatría del hospital de Solca, en Quito, la fiesta de Navidad se extendió al miércoles pasado. 30 niños que acudieron al chequeo médico con sus padres aplaudieron, mientras el payasito Feliz cantaba.
Su compañera, Payasita le ayudó como intérprete, pues Feliz habla poco español. Se trata de Bob Reeders, un médico cirujano holandés, quien se ha dado a conocer en Venezuela y Colombia, como el payaso de hospital.
Madelyn Pacheco, una pequeña de 2 años y 8 meses, no dejó de sonreír al ver a este personaje, de más de 1,90 m de estatura. Ella llegó de la mano de su padre, Enrique, de 27 años.
La vida de Reeders cambió hace 14 años, cuando le diagnosticaron cáncer a la espina dorsal.
A más del tratamiento de quimioterapia comprobó que la terapia de la risa daba resultado y con el tiempo se curó.
Desde entonces viaja a países de Latinoamérica durante la época navideña para visitar a niños con enfermedades terminales.
“Ustedes serán el futuro del país. El niño que sabe cantar es único, no tiene nada de malo no tener cabello”, decía mientras se retiraba su peluca rojiza. En el centro de la sala, Payasita les leyó un cuento y Feliz entregó cornetas a los niños y a sus padres.
Aníbal Rodríguez, de 34 años, recibió el presente con su hijo Pablo, de 6 años. Ellos acompañaban a su tía a un chequeo médico. “Estas actividades alegran el espíritu de quienes están enfermos y de los familiares. Ojalá pudieran ser más seguidas”, decía mientras Pablo escuchaba el cuento, que en unos 10 minutos terminó.
Enseguida sonaron las canciones de Navidad, que ‘Feliz’ entonaba sentado en el suelo, rodeado de los pequeños.
María Mercedes Cumbal no paraba de aplaudir mientras cantaba. “Estas actividades me contagian de alegría. Me gustó mucho, permite que los pacientes se olviden por un momento de su enfermedad y sonrían”, decía la ex enfermera, de 60 años, quien llegó con su amiga Consuelo para que le hicieran una mamografía.
A un lado del escenario, Mónica Bernal, de la Fundación Peniel Corp Médica que organizó la visita, comentaba que con esta iniciativa además de brindar alegría, se busca fomentar la terapia de la risa. Luego de más de una hora de presentación, el payaso Feliz entregó peluches y el show continuó en las habitaciones de los niños, que están internados.