La cafetería tiene un espacio exterior donde se puede observar la elaboración del pan. Foto: Glenda Giacometti
El vidrio, la madera y los colores cálidos fueron utilizados para renovar la panadería y pastelería ahora convertida en cafetería: El Sabor, en Ambato.
En dos de sus cuatro locales se realizaron los trabajos de readecuación. En ellos predominan hoy los colores verde, café, blanco y beige.
Estos cuatro tonos son los tradicionales de El Sabor, pues son cálidos y vistosos, ideales para atraer a los compradores de los locales del centro y sur de la capital de Tungurahua. Esa decoración permite que la cafetería tenga un valor estético, funcional y ergonómico.
Rosita Constante, propietaria de El Sabor, explicó que la renovación de la imagen de la panadería les ha ayudado a tener resultados positivos en las ventas y la visita de clientes.
La dama explicó que los tonos verdes y cafés han predominado en las tres generaciones Constante que han administrado la panadería.
Los clásicos matices se fusionan con las líneas y círculos de corte contemporáneo, que se distribuyeron en los cuatro espacios de la cafetería de dos pisos, ubicada en la esquina de la avenida Cevallos y Montalvo.
En la primera planta se habilitó un área denominada Exprés. Allí se ubicaron sillas metálicas, mesas de madera y un mesón para la entrega de cafés, sánduches, bebidas…
También se colocó una estantería de acero inoxidable para que el cliente pueda elegir el tipo de pan que requiere. “El visitante tiene la opción de seleccionar el alimento que se va a servir y observar cómo es la preparación”.
Otra de las estrategias que se aplicaron son las vitrinas con grandes ventanales y la rotulación con letras onduladas. Rosita comentó que en los espacios interiores hay una distribución armónica del producto que comercializan.
“Hay un equilibrio en el manejo de la luz a través de los materiales utilizados, que dan un alto valor agregado. Hemos querido que el cliente se sienta como en casa y eso lo hemos logrado”, explicó el gerente general, David Constante.
La distribución espacial en la cafetería incluye espacios vacíos, estanterías y mobiliario de madera. La propuesta logró crear espacios amplios interconectados por graderías metálicas. La idónea iluminación natural permite tener confort y descanso visual en el momento de servirse los alimentos.
En una de las áreas se aprovecharon las bancas y asientos forrados de cuero. Mientras, en los grandes ventanales se ubicaron lámparas que ayudan a ampliar el espacio e iluminarlos de forma óptima.
William Ballesteros, arquitecto encargado de la remodelación, privilegió el uso de colores en los espacios interiores para dar equilibrio, ritmo y generar zonas de impacto visual con iluminación natural.
En uno de estos espacios se ubicó un pequeño horno construido con ladrillos. En este accesorio tradicional se puede cocinar el tradicional pan y la pizza. Este horno se inauguró el 12 de octubre.
En una de las paredes de la cafetería se ubicó la cronología de cómo se elabora el pan. También se observa una historia gráfica de los propietarios.