La zonificación predomina en Nueva York
Olga Imbaquingo,
corresponsal en Washington
La regla en Nueva York y en la mayoría de ciudades estadounidenses es que los estudiantes de escuelas y colegios acudan al centro educativo más cercano de su casa. Es decir la norma es la zonificación. Esa es la regla, pero que no siempre se cumple al 100%.
En forma obligatoria hay que llevar documentos que prueben el lugar de residencia de la familia del alumno. Estos pueden ser: la cuenta del teléfono, de la energía eléctrica o del consumo de gas. También se requiere el contrato de arriendo o las escrituras del departamento o de la casa en la que se reside.
Cada centro educativo en la ciudad de Nueva York, con una población escolar de 1 100 000 estudiantes en 1 500 escuelas públicas, está bajo permanente calificación de excelencia y alcance de objetivos.
High School Hunter es una de las escuelas más prestigiosas de la urbe, a lo igual que es Baccalaureate School de Queens. De hecho esta última, con 430 alumnos, más que la zonificación lo que privilegia es la inteligencia y aptitudes del alumno.
Según el principal o director Kelly Johnson, “los estudiantes vienen de diferentes barrios reflejando la diversidad de Queens en términos de sus destrezas académicas”.
Supuestamente solo los estudiantes de los barrios cercanos a esos centros educativos tienen derecho a educarse en esos centros. No obstante, en la realidad estudiantes de condados como Queens y Brooklyn logran entrar a las escuelas más prestigiosas de Manhattan, por ejemplo, si pasan los exigentes exámenes de ingreso pero también si se tiene palanqueo.
Hay casos en los que también se hace trampa: es decir se pone una dirección de vivienda que esté en el perímetro que le corresponde a la zonificación de ese centro educativo y se puede lograr el ingreso.
“El problema es que si el Consejo de Educación descubre esa irregularidad le hacen pagar retroactivo al estudiante, lo que la escuela gasta por cada alumno. Intenté poner la dirección de mi hermano que vive cerca de la escuela donde quería que mis hijos ingresaran en la ciudad de Hillside, en Nueva Jersey, pero cuando me enteré de ese castigo, me dio miedo y los puse en Elizabeth, pese a que la escuela allí no es tan buena”, dice una madre de familia que prefirió reservar su nombre.
Depende de cada escuela y de cada distrito, hay casos en los que en un centro educar a un alumno cuesta 500 dólares mensuales, mientras que en otro plantel eso puede superar los 1 000.
También suele presentarse el problema que, pese a que un estudiante está dentro del área de zonificación, no logra ingresar porque ya no hay cupo. En ese caso el Consejo de Educación le envía una carta indicándole a qué escuela fue transferido.
Una de las pujas por entrar a un plantel de excelencia no solo es por la calidad de la enseñanza sino por los programas extracurriculares que el estudiantes recibe después de l clases, como deportes y actividades artísticas
“Cuando no hay opción pese a las largas colas, no queda más que ponerlos en escuelas privadas, eso es lo que hice con mis hijos”, dice Fanny Guadalupe.
La asignación de cupo depende de las vacantes
Chile
El Mercurio /GDA
En Chile, el sistema es distinto al de Ecuador. No existe polémica en la asignación de cupos para el primer año de secundario. Esto por varios motivos, el primero es que Chile tiene una tasa de natalidad bastante baja: 1,8 hijos por mujer y una oferta académica amplia. Menos de un 0,9% de los desertores de la educación media (que corresponden a un 6,97%) señala hacerlo por falta de planteles.
Las escuelas básicas y los liceos, colegios del Estado que imparten la educación de 1° a 8° básico en forma gratuita, no son selectivos y deben recibir a todos los estudiantes dependiendo las vacantes existentes.
Los únicos liceos que seleccionan a sus estudiantes son los llamados liceos de Excelencia: Liceo Carmela Carvajal (mujeres) e Instituto Nacional, que funcionan desde 7° básico a 4° medio.
En Chile, por ley, la educación es obligatoria de kinder a 4° medio y el Estado debe asegurarla.
El sistema se divide en educación preescolar (dos años), educación básica (ocho años) y educación media (cuatro años).
Luego el alumno que quiera entrar a la universidad debe rendir la Prueba de Selección Universitaria. Según su puntaje, puede ir a una de las 64 universidades del país, 25 de estas son del Consejo de Rectores y el resto privado. La universidad con más aporte fiscal recibe a los mejores alumnos.
En Buenos Aires, el sistema no es selectivo
Santiago Estella.
Corresponsal en Buenos Aires
En Buenos Aires, los cupos se asignan por el orden de llegada y se inscriben desde cuando está por terminar el año lectivo para el siguiente. Tampoco existe obligación académica, salvo en dos colegios: el Nacional Buenos Aires y el Pellegrini, dependientes de la Universidad de Buenos Aires, de altísimo nivel académico. Aprobar un examen de ingreso es el único requisito para ingresar a ellos.
Al ser gratuita y distrital la educación, por lo general, los padres de familia optan por la escuela pública más cercana.
Otrora orgullo del país, la educación pública está viviendo una crisis que se agrava con la presencia cada vez más fuerte de la educación privada. En su mayoría, está subvencionada por el Estado.
Por el carácter federal del país, cada provincia determina su sistema, aunque hay coincidencias básicas. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hay jardín de infantes obligatorio a los cinco años. Luego viene la primaria que va de primer a séptimo. En cambio, la secundaria tiene desde el primero al quinto año.
En la provincia de Buenos Aires, hay dos sistemas. La primaria se mantiene igual que desde hace años. Aunque no es obligado, ya es costumbre de las familias que envían a sus hijos al jardín desde los tres años.
A los cinco ya comienza el preescolar y a los seis la primaria, por seis años. Luego se inicia la secundaria básica de tres años.