Cuando Margoth Bazantes se percató de la supuración de su oído derecho se preocupó. La secreción amarillenta estaba acompañada de fuertes dolores.
La auxiliar de enfermería, de 50 años, permaneció ocho días con la molestia. “Visité a la doctora y me dijo que tenía otitis”.La otitis es la inflamación de la mucosa que recubre el oído medio. Según Paola Freire, otorrinolaringóloga del centro médico integral Axxis (en Quito), en ocasiones aparece como una complicación de infecciones de las vías respiratorias. “El origen puede ser bacteriano o viral”.
Ese es el caso de Matheo M., de 5 años. El pequeño se recuperaba de una severa gripe pero la otitis le atacó. “Tenía mucho dolor y no le pasaba ni con analgésicos”, confiesa Verónica Montenegro, su madre. Esta acudió adonde una especialista, quien recetó jarabe y gotas óticas por el lapso de siete días.
Aunque la inflamación del oído es más frecuente en niños menores de 10 años, también afecta a jóvenes y adultos. “En los niños la trompa de Eustaquio es más ancha y horizontal”, precisa Fernando Serrano, otorrinolaringólogo de la Clínica Pasteur.
¿Cómo se produce la infección? Las bacterias quedan atrapadas en la trompa de Eustaquio (un huesecillo del oído) cuando el tejido de esta se ha inflamado por resfriados o alergias.
Pero no solo las afecciones respiratorias causan otitis. También contribuyen los cambios bruscos de temperatura y la contaminación del ambiente.
“El ir a piscinas o playas causa inflamación de la mucosa”, anota la médica de Axxis.
Y Bazantes lo confirma. “Antes del dolor de oído visité unas piscinas de aguas termales en Ibarra”. La auxiliar de enfermería aún tiene pendiente una cita con su otorrinolaringóloga.
Al igual que Bazantes, Grace Cornejo, de 42 años, también fue víctima de la otitis. La mujer viajó a la Costa y visitó las playas. Luego de su retorno presentó dolor y sangrado del oído. “Me recetaron tabletas y gotas óticas. El tratamiento costó USD 20”.
“Por ejemplo, de cada 100 pacientes que acuden a mi consulta, 60 tienen otitis”, dice Paola Freire, otorrinolaringóloga.
Uno de ellos es Miguel Castillo, de 38 años. Su oído derecho se infectó. “Debo cuidarme y no ir a cualquier balneario”, dice.
Los galenos alertan sobre las complicaciones de la otitis. Pueden causar la muerte si no se las cura a tiempo. “Si a causa de la otitis se perforó la membrana timpánica, entonces puede haber pérdida de la audición total o parcial”, afirma Juan Carlos Vallejo, otorrinolaringólogo del Hospital Vozandes, en Quito
En cambio, Freire alerta de una posible meningitis o inflamación de las membranas (meninges) que recubren el cerebro.
Adicionalmente, una otitis sin tratamiento pudiera degenerar en una encefalitis. Esta es la infección de la masa encefálica. “Incluso puede ocasionar parálisis facial”, asegura Vallejo.
En los hospitales públicos el diagnóstico es gratuito. Se la detecta con una otoscopia (evaluación del oído con un otoscopio o linterna pequeña). En los privados, la consulta fluctúa entre USD 20 y USD 30.