No tiene ventanas, tampoco conductor. El pasaje es gratuito y los asientos se ubican uno tras otro frente a una pantalla. Aunque el motor no se enciende, esa pantalla se encarga de trasladar a los pasajeros a un mundo ecológico.
La mañana de ayer, durante el Día Mundial del Reciclaje, los pequeños Ronald Ávalos y Josué Cevallos tomaron, por 10 minutos, el bus ambiental ‘Sin planeta no hay futuro’. Es un vehículo didáctico, contratado por el Municipio de Guayaquil, para capacitar a los escolares en temas de ecología.
La intensidad del sol y los paisajes áridos fueron algunas de las imágenes que observaron los 38 alumnos de la Escuela Fiscal María Piedad Castillo. Ellos conocieron las consecuencias del calentamiento global y también la forma correcta de reciclar.
Tras el viaje, los pequeños aprendieron a elaborar su propio papel reciclado. Recortar los trozos de hojas y cartón, remojarlos, desmenuzarlos, formar planchas y luego secarlas al sol fueron los pasos que escucharon atentos.
La otra parada fue en la planta de reciclaje del Malecón del Salado. En ese parque, desde el 2004, la Fundación Malecón 2000 colocó tachos para dividir los desechos en plásticos, papeles y orgánicos.
Jimmy Molina, director de manejo integral de la planta, explica que desde ese año han reciclado 2 263,22 toneladas de desperdicios. Y solo el año pasado, procesaron 4 917,89 kilos.
Ayer, sobre un riel metálico, varios recicladores seleccionaban las botellas plásticas y de vidrio. Al día procesan unos 700 kilos.
El jefe de planificación ambiental del Cabildo, Jorge Narváez, dice que el reciclaje es una de las estrategias que aplica el Municipio.
A esta se suma el control de la contaminación en el estero Salado. Narváez explica que en seis meses colocarán tres plantas para vigilar los niveles de turbiedad.
También levantarán un catastro industrial en Guayaquil. Con esta inspección controlarán que las más de 800 industrias registradas y que operan en la ciudad cumplan con sus planes de manejo ambiental.