‘El negociado de las clínicas acabó’

El titular del IESS, Ramiro González , dice que médicos del Seguro tenían intereses cruzados en clínicas privadas. El Seguro no pudo iniciar acciones penales.

¿Cuál es la demanda actual de servicios médicos en los hospitales del IESS?

Antes del ‘call center’ nosotros teníamos 280 000 personas con historias clínicas. Cada una se atendía tres o cuatro veces al año. La mayoría eran jubilados.

¿Qué pasó luego de la implementación del ‘call center’?Esa realidad cambió, hoy tenemos 610 000 personas que tienen historias clínicas. Casi el triple de lo que teníamos antes, porque hemos racionalizado y efectivizado el proceso de atención. Pero todavía tenemos cerca de 200 000 personas que no podemos cubrir. En todo el mundo el servicio de salud es deficitario.

¿Por qué?

Porque es una necesidad cada vez creciente. En la Seguridad Social mientras mejor servicio existe hay más cantidad de gente dispuesta a ir a nuestros hospitales.

¿Qué medidas se están tomado frente a esta creciente demanda?

El resultado del ‘call center’ es excelente. Hay 610 000 personas que están contentas con el servicio. Les llamamos el día anterior para hacer seguimiento de la gestión. Se detectan problemas, por ejemplo que en los hospitales tenían cirugías, sobre todo de cadera, represadas hasta por cinco años. Con varias entidades se hizo un tarifario médico.

¿Qué ha permitido este tarifario médico?

El IESS tiene como aseguradora a la Dirección Nacional de Salud y tiene las prestadoras de salud que son sus hospitales, los del Ministerio de Salud, Issfa, Ispol y la red privada. Entonces hicimos un estudio para determinar cuánto nos costaban las operaciones y fijamos un tarifario.

¿Cómo se determinaron los costos?El techo es lo que nosotros gastamos por atenciones médicas y el piso es el tarifario del SOAT. Entre esos dos rangos está nuestro tarifario. Entonces, hicimos convenios con 158 centros privados. Antes solo se enviaban pacientes a tres o cuatro clínicas, nada más. Y era un negociado que se hacía. Ahora es por sorteo.

¿Un negociado?

fakeFCKRemoveImagínese. No le puedo decir exactamente, porque nadie tiene puestas las acciones a su nombre, pero muchos de los médicos tenían que ver con las clínicas privadas. Solo les remitían pacientes a esos centros. Eso ocurría en unas tres clínicas, por lo menos. Por eso decidimos hacerlo por sorteo. Ampliamos la red: hoy los afiliados pueden acudir a muchos más hospitales.

¿El IESS ha iniciado acciones contra esos centros?

Cómo le abro una acción legal si ellos no tenían convenios con el IESS. Pero estas sospechas de beneficios disminuyeron con la aplicación del tarifario. Se acabó el negociado con las clínicas, aunque todavía debe haber algo, pero ya no como antes.

¿Hubo algún concurso o convocatoria para que las clínicas se adhirieran?

No. El tarifario es el único requisito, el que está de acuerdo se une. En este momento tenemos atestados al Metropolitano y a la Clínica Pichincha porque hemos remitido todo lo sobrante. Solo el año pasado, en clínicas privadas se realizaron 700 operaciones de cadera y rodilla.

Desde el 2004 el IESS ha gastado más de USD 228 millones en servicios privados, de unos dos mil millones del presupuesto de salud. ¿Por qué no han realizado inversiones propias?

Estamos construyendo el H. del Día en Guayaquil, Centro Ambulatorio en Macas, Tena, Sucúa, remodelación y ampliación en más de 13 hospitales del país.

¿Qué monto están invirtiendo en obras a escala nacional?

Solo para infraestructura USD 140 millones. Todo lo que es equipamiento es otro gasto. Inauguramos los quirófanos del Hospital Carlos Andrade Marín. Contamos con el mejor centro de América Latina para tratamiento de próstata. Compraremos el robot Da Vinci para operaciones laparoscópicas.

Los pagos por diálisis llegan a USD 119 millones en cinco años. ¿Por qué no se hace una política concreta para enfrentar este tipo de enfermedad catastrófica?

Estamos construyendo tres centros para diálisis, uno en Guayaquil y dos en Quito. Tienen capacidad para 100 pacientes; disminuiremos bastante la dependencia. Tenemos 7 000 pacientes en diálisis en el país, 1 850 se atienden en clínicas privadas. Pagamos por hemodiálisis USD 1 456 mensuales por paciente. La diálisis peritoneal cuesta USD 1 190 y la automática USD 1 300.

¿Por qué no pensar en una política de trasplantes?

No existe la cultura para donar. Una operación de riñón nos puede costar USD 8 000, eso sí nos conviene. Pero los donantes son escasos. Pero tener una política nacional sería una solución porque la diálisis es una tortura.

fakeFCKRemove

Archivo de Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Suplementos digitales