La Sociedad Planetaria creó un vehículo espacial que se impulsa con la luz del sol. Foto: Captura.
La nave se parece a un velero antiguo, de esos que resaltan en las competencias deportivas. Pero en lugar de movilizarse con la fuerza del viento, surcando el océano, se mueve en el espacio exterior, con energía solar. Tiene un sistema de propulsión que permite capturar la luz con espejos gigantescos que la transforman para empujar de forma continua sus velas.
Este mayo se haría el primer vuelo de prueba con esta nave, que ha sido bautizada como LightSail (nave de vela solar). Quien está detrás de la idea es la Sociedad Planetaria. Se trata de una organización no gubernamental que promueve la exploración espacial a través de proyectos alternativos.
Video: YouTube, cuenta: The Planetary Society
Está previsto que un cohete lleve a LightSail al espacio. Cuando esté en la órbita de la Tierra, la nave desplegará las velas como si fueran alas. Cada vela mide solo 4,5 micras de espesor, que representa un cuarto del espesor de una bolsa de basura promedio.
Las velas están adheridas a barras electromagnéticas que también se despliegan desde el cuerpo central de la nave.
A través de láseres especiales instalados en la Tierra se medirá el efecto de la luz solar en las velas. Así se determinará, por ejemplo, la velocidad que puede alcanzar el cubo.
Los integrantes de la Sociedad Planetaria han organizado grupos de observación para no perder la pista de la nave y registrar los datos que arroje en su primer periplo.
Según la organización, en el primer vuelo de mayo no se volará demasiado alto. La idea es probar diferentes secuencias de implementación de la vela y fotografiar el espacio. El LightSail irá a bordo del cohete Atlas V, que ya se encuentra listo para el despegue.
Si los resultados son positivos, el siguiente paso se dará en el 2016. Entonces dos nuevos LightSail serían lanzados. Uno irá dentro de un satélite desarrollado por el instituto de Tecnología de Georgia, en EE.UU. El otro, en cambio, será pasajero del cohete de carga Falcon, que fue construido por la compañía SpaceX, cuya visión es enfocarse en vuelos privados hacia el espacio.
Ambas naves de velas solares se encontrarán en la órbita a una altitud aproximada de 720 kilómetros. La distancia no es casual. Se requiere de esa distancia mínima para escapar de la mayor parte de la resistencia atmosférica del planeta. Cuando LightSail despliega sus velas solares, Prox-1 estará cerca para capturar imágenes.
“Creemos firmemente que esto podría ser una gran parte del futuro de las misiones interplanetarias”, dijo William Sanford Nye, a través de un comunicado. Él es director ejecutivo de la organización.
El directivo reconoció que la idea no es nueva. Estuvo presente en el libro de ciencia ficción de Julio Verne (1865): ‘De la Tierra a la Luna’. Pero a su vez, la novela da cuenta de una teoría que desarrolló cinco años antes el físico James Clerk Maxwell. Él descubrió que cuando las partículas de las luz rebotan en una superficie brillante generan un impulso. Este es mínimo, por lo que no podría movilizar un aparato grande.
Por eso las naves que se enviarán son pequeñas. Apenas de 4×4 pulgadas. La primera nave que se enviará en mayo estará en el espacio durante un mes antes de desplegar sus velas, que juntas forman un cuadrado.
Podrá moverse igual que un barco y usar la vela para girar o enrumbar su trayectoria.
El costo aproximado de las dos naves es de USD 4 millones, según la Sociedad Planetaria. Kenneth Chang, físico y periodista científico del diario The New York Times, publicó recientemente en su columna que la idea de tener naves con velas fue estudiada por la NASA hacia 1970.
Incluso se pensó en una nave que partiera en una misión de encuentro con el cometa Halley en 1986. Sin embargo, el diseño inicial de la vela no cuajó y el proyecto de la institución no properó.
Las inmensas velas que resultaban necesarias fueron tildadas de riesgosas y demasiado audaces para la época. Por eso la NASA dio un paso atrás en ese intento espacial.
Científicos que participaron en esa cruzada y que salieron de la agencia espacial estadounidense fueron parte de los fundadores de la Sociedad Planetaria y desde entonces han buscado opciones para retomar su trabajo.
Uno de los intentos previos se dio el 2005. Desde un submarino ruso se intentó enviar una nave de vela en un cohete. Pero el aparato falló antes de poder desplegar su vela en el espacio. Eso permitió corregir errores, replantear el diseño y pensar, ahora, que la misión ya puede concretarse.