El género local destacado del 2014 fue la música alternativa

Las agrupaciones ecuatorianas consolidaron sus propuestas en géneros y fusiones. También hubo discos objeto y acompañamiento multimedia. Foto: Pixabay.

Las agrupaciones ecuatorianas consolidaron sus propuestas en géneros y fusiones. También hubo discos objeto y acompañamiento multimedia. Foto: Pixabay.

Las agrupaciones ecuatorianas consolidaron sus propuestas en géneros y fusiones. También hubo discos objeto y acompañamiento multimedia. Foto: Pixabay.

Desde este año, el espacio de reseñas discográficas de EL COMERCIO se ha definido como una presencia semanal de producciones ecuatorianas en diferentes géneros que van desde el rap, pasan por el pop y terminan en el rock más extremo. Este ejercicio ha sido posible debido al síntoma de crecimiento geométrico de obras musicales en formatos de larga duración en el país.

Tal fenómeno responde tanto a la democratización de las tecnologías como a la autogestión o a los aportes del sector público a la producción fonográfica. En ese contexto, sobre la base de placas que han llegado a la redacción, se ha establecido un conteo que más allá de ser consecuente con la cantidad, lo es con la calidad de las obras.

Pocos discos de rap o hip hop llegaron en el 2014, pero el más completo fue el EP ‘Piel de Barrabás’, de Sick Gattermo. El verso incisivo, afinado y endiablado del artista tiene como mejor aliado a una producción detallista y con influencias que van desde el dubstep hasta el horrorcore.

Por otro lado, de aquellos productos que recibieron un empujón desde algún tipo de fondo público, hubo dos que dejan una huella profunda en el terreno del año que termina. Es el caso tanto de ‘Aquí / Ahora’, de Munn, como de ‘APIS’, de Bueyes de Madera; ambas son obras conceptuales de alto octanaje.

La experiencia del escucha no se limita solo a la música -de por sí difícil de encasillar dentro de los preceptos del rock o el pop-. Ambos desarrollaron discos objeto con propuestas visuales. Lo importante es que eso se conjuga con la depuración en la composición, los arreglos y la ingeniería de sonido.

Tales estándares se conservan en ‘Signaux Luminaux’, de la agrupación Estéreo Humanzee, pese a que la placa se capturó en uno de los conciertos de su gira europea. La obra de electro con tintes rock demuestra el poderío interpretativo de la agrupación en directo y ademas agrega un EP, que aporta con la faceta de estudio del ensamble; un trabajo de máquinas que suena solvente tanto desde cabina como desde un escenario.

El EP es un formato bastante popular dado que es más barato de producir (la mitad, aproximadamente) que un larga duración. El último de esta clase aquí es el debut de Da Pawn. Con ‘El peón’, el grupo quiteño consolidó una reputación que se construyó desde la Internet y que ahora se palpa en escena.

Sus seis temas viajan por el folk más intimista hasta el rock sesentero y algo psicodélico y fueron mezclados por el norteamericano Beau Raymond.

Que reconocidos nombres del exterior participen en producciones de talentos locales es cada vez más común. Así, El Karmaso, agrupación ítalo-ecuatoriana, contó con la coproducción de Alessandro Scala en ‘Deamadre’, una obra llena de matices sonoros, rítmicos y expresivos. Su fusión de metal con hip hop, electrónica y motivos tropicales renueva los sonidos extremos del país.

Otra de las fusiones a tomar en cuenta es la que logró Capital Klank en su ‘Nada a cambio’. En esta obra el reggae, el ska, el rock y el pop conviven a lo largo de la placa obteniendo un producto competitivo. Se destaca la compenetración instrumental y los arreglos del ensamble en canciones muy pegajosas que también reciben un tratamiento sonoro destacado.

Quienes han experimentado hasta el dominio con su sonido son Sexores, un dúo ecuatoriano radicado en España cuyo trabajo de shoegaze y dream pop ha sido reconocido entre lo mejor del año en portales internacionales como Shook Down e Indiecados.

Lo propio ha ocurrido con Alkaloides, quienes han levantado la ceja de sitios como Mute Magazine y Groopers; lo han hecho con su placa homónima, una obra de indie rock con temas tan memorables como bailables.

Cierra la lista ‘Puedo (o la revolución de la mente)’, de Ave Reptil, una placa de rock alternativo de poética inteligente y composición inspirada.

Los arreglos se traducen a la perfección con instrumentación orgánica y una voz reconocible. La cereza del pastel es la mezcla y masterización que fue realizada entre Quito, Guayaquil y Abbey Road, en Londres.

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