Museo guarda vestigios de culturas antiguas de Patate
Los turistas Blanca Tintín y Rodrigo Vásconez visitaron el museo donde se guardan los utensilios de las culturas.
Los turistas, investigadores y estudiantes de las universidades que visitan el museo arqueológico y religioso en el cantón Patate, en Tungurahua, conocen parte de la historia de las culturas Panzaleo y Cosanga-Píllaro que se extendió en esa jurisdicción.
Al menos 200 objetos de barro, cobre, plata y cerámica como ollas, compoteras, platos, figuras humanas, de animales… se exhiben en este contenedor. Se suman las figuras religiosas, libros, escritos y la vestimenta del Señor del Terremoto, una de las principales imágenes religiosas del cantón con más de 400 años de haber sido tallada.
El estudioso de las culturas prehispánicas asentadas en Patate, Édison Mera, es guía de este sitio. A los turistas cuenta con detalle donde se localizaron esas piezas. Dice que los comuneros de la parroquia Sucre las encontraron mientras construían un sistema de riego. “Muchas personas comercializaron esas piezas a los huaqueros que llegaban de otras ciudades. Acá está una parte de lo que se rescató. Otra está en el museo de la parroquia Sucre y es custodiada por los comuneros”, asegura Mera.
También, en las excavaciones encontraron osamentas humanas (dos cráneos) que pertenecieron a los habitantes de esas culturas. Estos se muestran en el contenedor que es custodiado por los religiosos de la basílica del Señor del Terremoto de esta ciudad.
Presume que el sitio donde fueron localizados era un cementerio sagrado de las culturas Panzaleo y Cosanga-Píllaro. Además, se encontró cerámica de la cultura Puruwa, orejeras y tupus, hechos con cobre, y collares elaborados con pepitas de barro. Estas se extendieron en Cotopaxi, Chimborazo y Tungurahua.
El martes, la turista Blanca Tintín visitó el museo que abrió sus puertas en el 2005. El recorrido de la ambateña tardó 25 minutos. Conoció parte de la historia de estos pueblos como su estilo de vida y la habilidad en la confección de compoteras, vasijas y otros objetos en cerámica. “No sabíamos que había un museo. Lo que se exhibe es interesante porque aprendemos una parte de su vida”, dice Tintín.
La cerámica Panzaleo, que abunda en el sitio, se caracterizó por su forma redonda y la finura de su cerámica, por eso es denominada como cáscara de huevo, en otras culturas es más gruesa. La mayoría son vasijas ceremoniales en las cuales se representa a los animales y rasgos de figuras humanas, decoradas con tinturas en negativo que daba un color rojizo. Eran pinturas naturales que las conseguían en el suelo y en la naturaleza.
Las vasijas de los rituales están guardadas en grandes vitrinas protegidas con vidrio. Mera explica que ha recorrido la parroquia Sucre buscando más indicios de las antiguas culturas que se asentaron en este lugar de la provincia.
En otra área está el arte religioso que fue recuperado luego del terremoto del 5 de agosto de 1949 y que destruyó la antigua iglesia de Patate. Hay imágenes que datan de 1800. Hay piezas de bronce, libros y manuscritos del padre Ramón Calderón que murió en el sismo. La principal es la del Señor del Terremoto que tiene más de 400 años de historia.
El turista Rodrigo Vásconez visitó el museo. El propósito fue conocer la cerámica que fabricaron para su uso los antiguos habitantes de Patate. En el colegio y la universidad estudió estas culturas. Ha recorrido diferentes lugares conociendo parte de esta historia.