El Ministerio de Ambiente anunció varios planes para Guayaquil. Uno de estos es el traspaso de la isla Santay, que es de Durán, pero influye en la ciudad. ¿Por qué no se lo hizo antes?
Los delegados de varios ministerios nos reunimos con los moradores de Santay. Hicimos una presentación de áreas de intervención. En 2010 el Ministerio invertirá USD 400 000 para construir un muelle de desembarco y Turismo va a trabajar en empresas comunitarias. Está pendiente el plan de manejo con las reglas para el establecimiento de zonas. Le daremos el derecho que merecen los pobladores y a mejorar su calidad de vida.
¿Pero los pobladores reclaman su derecho ancestral, el territorio como propio?
No podemos establecer la propiedad de nadie porque es un área protegida. Lo que podemos hacer, de conformidad con la Ley y una vez que el Banco Ecuatoriano de la Vivienda transfiera la propiedad de la isla al Ministerio, es reconocer los derechos a quienes habitan ancestralmente. No hemos llegado para quitarle nada a nadie. En otras partes reconocimos los acuerdos de uso y custodia que firma la comuna y el Ministerio. Eso les permitirá delimitar la zona en la que habita.
¿Qué sucederá con el pago de USD 825 000 que pide la Fundación Malecón 2000 por inversiones para la isla?
La Fundación dice que ha hecho una inversión y que hay que devolvérsela. Nos parece coherente que se les pague siempre que se auditen esas inversiones. Y vemos en el área que estas inversiones son mínimas.
¿Ustedes no conocían lo que hacía la Fundación? Hay un proyecto del Grupo Ecológico del Litoral con el aval del Ministerio de Ambiente, incluso son parte del directorio a cargo de Santay.
Nosotros éramos parte del directorio del fideicomiso de Santay, que se constituyó en 2001. No podría decirle en ese momento qué hizo la administración del Ministerio. Lo que sí es evidente es que el gran programa de desarrollo turístico, el gran muelle, el gran malecón que se le ofreció a la población nunca llegó.
¿En qué consiste el plan ecológico para Guayaquil?
Es un nuevo modelo de Guayaquil ecológico. Es un gran bosque de propiedad del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, que el presidente Rafael Correa ofrece a su ciudad. El proyecto Samanes contempla en 134 hectáreas. El otro plan es la recuperación del Estero Salado, que sigue con problemas de descargas industriales y también está el problema de la basura
El Municipio ¿no hizo un buen trabajo ambiental?
El Municipio tiene una deuda importante con el tema ambiental. Creo que es una deuda que ya es hora de que la pague.
El Municipio ya alertó que el Gobierno quiere quitarle competencias. La Dirección de Ambiente está dispuesta a apoyar siempre que se les notifique. ¿Se hará eso ?
Me parece bien que se coordine con el Municipio. Pero la Dirección de Ambiente tiene muchas tareas por hacer. Cuando se declara un área protegida, en el caso del parque de Samanes, según la Constitución, pasa a la administración exclusiva del Gobierno Central. Si en ese proceso quiere incluirse el Municipio, las puertas están abiertas. Pero hay que aclarar que el Cabildo aún no puede cubrir la problemática del Estero Salado y de toda la basura.
¿Pero el Cabildo tiene sus competencias?
En 2002 el Ministerio le concedió competencias ambientales por 10 años. Ese convenio está por terminar en 2012. El Cabildo tiene algunas deudas. Entre ellas que toda la obra municipal, puentes, túneles y demás no han cumplido ni un permiso ambiental, no tenían planes de manejo’
¿Se quitarán las competencias al Municipio?
En 2008, se levantó toda la información de los incumplimientos del Municipio. El Alcalde aún sigue reaccionario a que vayamos a verificar si hizo o no su trabajo. Tenemos algunas denuncias de emisiones indebidas de licencias que notificamos a la Alcaldía que tenía que revisar. Pero el Alcalde no toma mayores acciones y la obra municipal como tal no cumple estándares ambientales.
¿Por qué lanza estos proyectos, busca confrontación?
El tema de las acciones ambientales no puede esperar más. Los tiempos, si son políticos, si hay conflictos o hay pugnas, creo que es lo de menos.