Mujeres triplicaron la ingesta de alcohol en estos cinco años

Foto: AFP

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Un informe realizado por la Organización Panamericana de la Salud revela estos nuevos hábitos de consumo en la región. Foto: AFP

El último Informe de la Situación Regional del Consumo de Alcohol y Salud en las Américas, realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para el 2015, revela que las mujeres beben más que hace cinco años.

Específicamente se habla de una ingesta que pasó de 4,6% al 13%. El informe también indica que los hombres aumentaron su consumo, de 17,9% a 29,4%. Es decir, la cifra de las mujeres practicamente se triplicó.

Al hablar del factor sexo-género, la OPS dice que históricamente los hombres han sido los principales consumidores pero en los últimos años se ha visto un incremento por parte del género femenino. “Están en camino a igualar a su contraparte masculina”, dice la OPS. Explica que esto se debe a los cambios socioculturales de la sociedad contemporánea, en el que las mujeres pueden acceder a este tipo de productos fácilmente debido al mayor poder adquisitivo que tienen.

Soledad Aguinaga, psicóloga clínica, considera que ahora tienen más acceso y libertad de consumir alcohol. “Como vivimos en una sociedad más igualitaria, las mujeres pueden igualar los comportamientos de los varones”, indica. A eso se suman otros factores que afectan a ambos géneros como el estrés, la depresión y otras enfermedades.

Pero hay otras causas. En el mismo reporte se señala que las campañas publicitarias ahora se dirigen también a este sector de la población. Santiago Castellanos, Ph.D. en estudios culturales y profesor de estudios de género en la Universidad San Francisco de Quito, concuerda con el informe. “Antes, las campañas publicitarias de consumo de alcohol utilizaban el cuerpo de la mujer para vender alcohol a los hombres; ahora están dirigidas específicamente a las mujeres (como compradoras)”.

Por ejemplo, una mujer con ropa ajustada que deja ver sus piernas y busto dentro de una copa de Martini acompañada de la frase “¿qué hay en tu copa?” busca atraer la compra de un público masculino. Otra campaña de un licor diferente presenta a una mujer de apariencia agradable y sosteniendo un trago en su mano. Junto a la imagen se lee: “Una chica con cerebro, una mujer con actitud y una dama con clase”. Esta campaña apunta a mujeres y vende empoderamiento, libertad e independencia.

Por una parte, esto significa el reconocimiento de la mujer como un sujeto de consumo y la aceptación de que tienen posibilidades económicas para decidir qué hacer con su dinero y cómo divertirse. Sin embargo, no deja de ser preocupante que el consumo de hombres y mujeres aumente y esto derive en otros problemas sociales de enfermedad y violencia.

“He tratado más casos de chicos que de chicas, pero pienso que son ellas las que sufren más ya sea por ser bebedoras o pertenecer al círculo de un bebedor”, dice Aguinaga. Ella está de acuerdo en que las mujeres son víctimas de violencia causada por el alcohol con más frecuencia que los hombres. Además la OPS indica que se incrementa el riesgo de padecer cáncer de seno, problemas cardíacos, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no planificados, entre otros que no son exclusivos de un género.

Esto, a su vez, evidencia otro problema social, indica Castellanos. El aumento de consumo por parte de las mujeres resulta “escandalizante” mientras el creciente consumo de los hombres “se ha naturalizado” como una característica de su conducta que no requiere un análisis mayor y que no preocupa tanto como en el caso de las mujeres. Ahí se encuentra otra prueba de que no existe una equidad de género, incluso en la diversión y el ocio.

Para el experto, esto no significa que se debe echar la culpa a las mujeres o a la emancipación femenina. “Es un error utilizar los mismos criterios de análisis para el incremento de consumo de hombres y mujeres porque la forma en la que desarrollan sus hábitos son muy diferentes”.

Se refiere, por ejemplo, a que las mujeres consumen más en espacios privados mientras los hombres lo hacen en espacios más públicos. Además, en general, son más estigmatizadas que los hombres por tener problemas relacionados al alcoholismo porque no es una enfermedad vinculada a las mujeres, lo que dificulta su acceso a servicios de ayuda.

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