Mujeres de la comunidad de Cachilvana Chico mantienen sus bordados

Las mujeres de la Asociación Artesanal La Salle trabajan en los tejidos y el bordado en su comunidad Cachilvana.Las mujeres de la Asociación Artesanal La Salle trabajan en los tejidos y el bordado en su comunidad Cachilvana.

Las mujeres de la Asociación Artesanal La Salle trabajan en los tejidos y el bordado en su comunidad Cachilvana.Las mujeres de la Asociación Artesanal La Salle trabajan en los tejidos y el bordado en su comunidad Cachilvana.

Las mujeres de la Asociación Artesanal La Salle trabajan en los tejidos y el bordado en su comunidad Cachilvana. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Las mujeres indígenas de la comunidad Cachilvana Chico cuidan que el acabado en el bordado artesanal de sus prendas de vestir sea impecable.

Ellas mantienen sus diseños clásicos como cuellos en V, rectangulares y redondos, pero poco a poco incursionan en prendas más estilizadas con el uso de encajes, cintas de colores y escotes que usan las ejecutivas de las cooperativas de ahorro y crédito indígenas.

Tonalidades como el vino, verde, café, violeta, rosado y rojo utilizan en los finos bordados que representan a la Pacha Mama (Madre Tierra), las montañas, la naturaleza. Además, los animales andinos y las aves que son graficadas en las prendas de color blanco que visten con orgullo las niñas y las jóvenes de la comunidad.

Esta se complementa con el reboso y la bayeta de color rojo o morado y el anaco negro tejido con lana de borrego. “El legado de nuestros padres lo mantenemos. Los conocimientos aún pasan de generación en generación y ahora es el turno de nuestras hijas. Ellas visten diseños más modernos, pero que mantienen la identidad de nuestro pueblo Quisapincha”, explica Florinda Miniguano, una de las artesanas.

Sus hábiles manos dan forma a coloridas figuras que luego son combinadas con encajes en los puños y parte de los hombros. Miniguano aprendió la técnica del bordado de su madre Tránsito, quien tejía las shigras con hilos de cabuya. Las mujeres realizan esta labor luego de terminar las tareas agrícolas y del hogar. “Las puntadas deben ser precisas en cada prenda para que quede elegante”.

Además del bordado, la mujer de 50 años trabaja en la producción de hierbas aromáticas como toronjil, hierbabuena, tomillo… que comercializa en el Mercado Mayorista de Ambato. Esta madre de tres hijos se levanta todos los días a las 05:00 para alimentar al ganado y regar su chacra. Los ingresos que obtiene ayudan a la economía de su casa.

Miniguano cuenta que bordar el cuello de una blusa le puede tomar hasta 15 días, pero el precio no compensa las horas de trabajo. “Los intermediarios compran en USD 10 cada prenda, tenemos que venderlas a ese precio porque no tenemos un lugar donde comercializar. Ellos venden en el almacén en USD 60”.

El mismo problema afronta María Pasochoa, presidenta de la Asociación de Mujeres Artesanas La Salle; pese a todas las gestiones no ha logrado conseguir un puesto en la feria de la parroquia Quisapincha.

La dirigente puede bordar mensualmente hasta tres blusas, pero los precios no ayudan para mantener a las familias y deben dedicarse a la producción de granos y legumbres. “Necesitamos un sitio para vender nuestras artesanías para no ser explotados. Las 20 mujeres que somos socias producimos blusas bordadas, shigras, bolsos, bufandas y otras prendas tejidas con lana”.

En cada puntada con una aguja, Pasochoa da forma a las hojas del maíz, la flor de papa y animales como el colibrí, la llama y el curiquingue, que viven en el páramo y es el símbolo de los pueblos andinos. “Son los símbolos autóctonos de nuestra comunidad que siempre llevamos en la vestimenta, eso nos diferencia de otras culturas”.

Gustavo Pullutaxi, investigador de Cachilvana Chico, cuenta que las mujeres mantienen la tradición en los trajes autóctonos de la comunidad. Son los conocimientos ancestrales de este pueblo ubicado al oeste de la ciudad de Ambato. Esto se logró determinar tras una investigación realizada por los jóvenes.
Menciona que el tejido como los bordados son las más antiguos pues perdura desde antes de la conquista.

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