Los mosaicos son esas cerámicas diminutas, de múltiples colores, con las que se puede decorar paredes, pisos, cenefas, marcos de espejos… Estas son elaboradas de idéntica forma que las de mayores dimensiones, aunque miden entre 2 y 3 cm² cada una.
También se utilizan trozos de azulejo, vidrio, cerámica y porcelana reciclados, explica el Arq. Ramiro Soasti. Y aunque ahora hay diseños de cerámica y porcelanato que simulan estas fichitas a la perfección y vienen en baldosas, trabajar con los originales tiene un plus.
Si no los compra de fábrica, puede elaborarlos usted mismo con los materiales señalados. Los mosaicos no son difíciles de fabricar.
Acumule platos astillados o azulejos viejos comprados en mercados o tiendas de artículos usados. Luego colóquese los artículos de protección (como antiparras, mascarilla, guantes y overol) y dese a la tarea de romper la cerámica en los pedazos más pequeños. Utilice martillos.
Seleccione los pedacitos y clasifíquelos según su tamaño y forma. Para colocarlos en el piso debe seguir el mismo procedimiento que se utiliza para colocar el resto de cerámicas, con una diferencia: en vez de poner el mortero en cada piecita, coloque una capa gruesa en el piso (1 parte de cemento por 3 o 4 de arena) y, luego, siga colocando ordenadamente las fichitas, con una separación de 2 a 4 mm.