Los íconos del cómic español llegan a la gran pantalla para enfrentarse a un peligroso enemigo. Foto: Captura
A lo largo de 58 años, los nombres de Mortadelo y Filemón han logrado posicionarse como los referentes del cómic español. Una reputación ganada a pulso de un humor irreverente desatado en un pintoresco mundo animado.
Con el estreno en el Ecuador de su más reciente producción cinematográfica, ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el locuaz’, los personajes hacen el intento por rebasar la barrera cultural y geográfica en busca de nuevos públicos.
En los distintos intentos por trasladar a los personajes de las viñetas a otros formatos -que han incluido series de televisión, dibujos animados, videojuegos, filmes con actores reales y hasta un musical- el universo creado por Francisco Ibáñez ha experimentado una evolución significativa.
En esta nueva producción, la imagen generada por computadora (CGI, por sus siglas en inglés) es una moderna herramienta que ha sido aprovechada para potenciar una historia que, sin perder la esencia de las viñetas, se despliega con mucha efectividad en la pantalla, bajo la dirección del director Javier Fessser.
En esta ocasión, esta pareja de agentes de la organización T.I.A. tiene que enfrentarse a un tal Jimmy ‘El Locuaz’, quien se ha apoderado de un documento ultrasecreto. Mortadelo y Filemón son convocados por esta organización secreta para encarar esta difícil y arriesgada misión, que rápidamente se convierte en una sucesión de situaciones tan disparatadas como divertidas.
Los personajes entran rápidamente en juego de contrastes entre la torpeza y la astucia, el malgenio y el humor, el éxito y el fracaso, condimentados con altas dosis de picardía, palabras malsonantes e incesantes accidentes sin consecuencias para los personajes.
La alocada persecución a Jimmy ‘El Locuaz’ se complica más en el transcurso de la historia cuando aparece un malhumorado criminal que ha escapado de prisión para vengarse del agente. El desarrollo de la historia salta de una aventura a la siguiente en un ritmo trepidante donde el conjunto del filme termina por convertirse en una sucesión de fragmentos cómicos. La condición de agentes secretos también es aprovechada para jugar con una serie de referencias -en clave de parodia- a otros famosos agentes del universo cinematográfico.
La cinta aparece en la cartelera como una oportunidad para aproximarse al universo de este par de agentes secretos un poco ineptos, pero al mismo tiempo muy divertidos.