La mayor cantidad de locales de venta de artesanías se concentra en la calle 9 de julio, en el centro de Montecristi. Hay artículos de todo precio. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
El usual movimiento de turistas que visitan las tiendas de artesanías ubicadas en las principales calles de Montecristi, en Manabí, también se alteró desde el pasado 16 de abril de 2016.
El terremoto y las réplicas que aún se sienten en estas tierras alejaron a los turistas, sobre todo locales, que buscan sombreros, hamacas y una infinidad de artículos que se tejen en paja toquilla y otras fibras naturales y artificiales.
La ausencia de compradores es visible en el Centro Artesanal de Montecristi. Allí, donde 30 artesanos y vendedores tienen su propio puesto de venta esperaban sentados el ingreso de al menos un comprador, el pasado miércoles. “Aquí no viene nadie por ese temor y porque no nos ayudan. No hay clientes”, aseguraba María Hernández, una de las vendedoras que elabora y adorna con sus propias manos artículos en paja para la cocina. También hace bolsos y otros accesorios para mujeres.
Según la artesana, tuvo que cerrar su negocio porque su familia la llevó de Montecristi a Guayaquil, por temor a un nuevo sismo. Por ello, no vendió nada en más de un mes.
En cambio otros artesanos, de este mismo centro, decidieron abrir esporádicamente durante las mañanas o tardes. Pero no faltaron los casos como el de José Montuano, un hábil confeccionista de adornos y muebles en paja toquilla, quien abrió todos los días.
“Nosotros entre los artesanos también nos hemos reunido para pensar en cómo nos pueden visitar más turistas”, dijo Montuano. Entre las alternativas que barajan está la repartición de hojas volantes o algún material informativo para darse a conocer.
“Con lo del terremoto todo bajó, las personas estábamos con otras cosas. Ahorita estamos empezando a vender de nuevo”, decía Fermín Medina, mientras tejía un sillón con papel kraft, en otro local.
Según este artesano, varias actividades comerciales se suspendieron en esta localidad debido al sismo. De hecho, en el parque central todavía hay carpas de quienes prefieren dormir a la intemperie por temor a un nuevo temblor.
Una feria con artesanos manabitas, que se realizó hace un mes en Guayaquil, fue una de las iniciativas que se pensó desde el Ministerio de Turismo para ayudar a este sector. Gema Cevallos, coordinadora de la Zonal 4 de esta Cartera de Estado, comentó además que ya se trabaja en la organización de otras iniciativas con las autoridades locales. Una de ellas es la inclusión de Montecristi como uno de los destinos turísticos claves en el marco de los tours solidarios.
Mientras tanto, otros artesanos aprovechan la visita de foráneos en Manabí quienes brindan ayuda técnica tras el terremoto. Este es el caso de Geovani Mero, quien encontró en ellos los mejores compradores de sus sombreros.