Descubren la 'molécula de la juventud' y esperan probarla en humanos

Imagen referencial. Si el péptido probado en ratones funciona en seres humanos, sin causar efectos secundarios, podría ser la primera molécula capaz de retrasar el envejecimiento. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Si el péptido probado en ratones funciona en seres humanos, sin causar efectos secundarios, podría ser la primera molécula capaz de retrasar el envejecimiento. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Si el péptido probado en ratones funciona en seres humanos, sin causar efectos secundarios, podría ser la primera molécula capaz de retrasar el envejecimiento. Foto: Pixabay

Un grupo de investigadores de la Universidad de Erasmus, Países Bajos, desarrolló una molécula capaz de destruir únicamente las células viejas. La probaron en ratones envejecidos, y el resultado fue un notable rejuvenecimiento. Con esto aparece la “esperanza de que (la molécula) pueda hacer lo mismo en nosotros”, dice un artículo de Science.

En nuestro cuerpo, las células viejas son las responsables del deterioro de los tejidos, facilitando el aparecimiento de enfermedades cardíacas, artritis o diabetes, afirma la revista científica.

Según Francis Rodier, biólogo celular de la Universidad de Montreal en Canadá, esta es la “primera vez” que alguien demuestra que es posible “deshacerse de células senescentes (muy viejas para volver a duplicarse)”, sin efectos secundarios.

La Clínica Mayo explica en otro artículo que las células viejas, o senescentes, “permanecen en el cuerpo” a pesar de que ya no funcionan bien, y “contribuyen a muchas otras enfermedades vinculadas con la edad”, como las enfermedades cardiovasculares.

En 2015 investigadores de la Clinica Mayo realizaron un estudio similar al de la Universidad de Erasmus, aplicando en ratones varios compuestos conocidos como senolíticos, que retrasan el envejecimiento. Los resultados, publicados en Aging Cell, demuestran que el uso de estos compuestos puede evitar las arriesgadas cirugías en pacientes cardiovasculares.

Sin embargo, Science apunta que la desventaja de los senolíticos está en que, al eliminar las células viejas que causan el deterioro, también pueden llegar a destruir células sanas.

Peter de Keizer del Centro Médico de la Universidad de Erasmus descubrió una manera de obligar a las células senescentes a suicidarse. Cuando una célula ya no hace bien su trabajo, emite una proteína, llamada p53, que la destruye. Sin embargo las células viejas evaden el efecto de la p53 a través de otra proteína, la FOX04.

Él y sus colegas contrarrestaron el efecto protector de la FOX04 diseñando una molécula conocida como péptido. La diferencia entre esta investigación y las pasadas es que los péptidos son selectivos, es decir, solo causan la muerte de las células dañadas.

El equipo de Keizer inyectó el péptido en ratones que sufrían una mutación muy particular: envejecían el doble de rápido que los ratones normales. Estos roedores empiezan a perder su pelaje cuando apenas tienen unos pocos meses, además de sufrir daño en los riñones y deterioro general.

La investigación, publicada el 23 de marzo de 2017 en la revista científica Cell, confirma que el péptido revirtió el daño de los riñones y aumentó la densidad del pelaje en los ratones. Incluso fueron capaces de dar más vueltas en sus ruedas de entrenamiento.

Los efectos positivos también aparecieron en ratones normales, y los científicos esperan que el péptido pueda funcionar en humanos. Sin embargo, la nota de Science advierte que destruir un gran número de células senescentes podría perjudicar a los pacientes de cáncer.

De Keizer apunta en el artículo que mientras no se confirme si el péptido también mata a las células cancerosas, que son parecidas a las células viejas, no es posible empezar las pruebas con personas.

Una de las pocas ventajas de las células senescentes es que “ayudan a cicatrizar las heridas”. Sin embargo, de probar que el péptido puede eliminarlas del cuerpo, sin causar efectos secundarios, esta podría ser la primera molécula capaz de retrasar el envejecimiento.

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