Minga ambiental en el bosque Palo Santo. Foto: Joffre Flores / EL COMERCIO
Con escobas, palas, pinturas y brochas, los vecinos de las ciudadelas Urbanor y Urdesa Norte participaron en una minga comunitaria, que se efectuó en el bosque Sendero Palo Santo la mañana de este domingo 20 de julio.
Unas cuarenta personas, entre niños, jóvenes y adultos, se unieron para recoger los desechos que se aglomeran en las vías de acceso a la arboleda. Organizaciones como Naturaleza Viva y Boy Scouts también colaboran con la limpieza de este sector.
La tarea forma parte del plan de rescate que los habitantes plantean para evitar la urbanización del espacio, por parte de la constructora Urdesa del Salado. Así lo denuncian Janeth Córdova y Verónica Albán, coordinadoras del grupo. Ambas presentaron una denuncia a la Secretaría Nacional de Administración Pública sobre este caso.
Enrique Maridueña, representante de EcoSalud, explica que la fundación trabajó desde 1994 en la forestación de este sector. La labor fue una sugerencia de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), para evitar que la ladera cause destrozos en épocas del fenómeno El Niño.
Se aspira llamar la atención de las autoridades del Ministerio de Ambiente y la Municipalidad de Guayaquil, para conservar el bosque y declararlo área protegida.
El área tiene alrededor de 4 hectáreas y aloja, además de árboles de palo santo, ciruelos, ficus y especies como ardillas y aves. Las ciudadelas Urbanor, Urdesa Norte, Lomas de Urdesa y la urbanización Portón de las Lomas rodean Palo Santo, razón por la que los residentes lo denominan “el corazón verde de Urdesa”. Los árboles de esta especie llegan a medir hasta 10 metros de altura y crecen en climas secos de Ecuador y Perú.